El Club Alpino Ourensán prepara un recorrido por dos grutas de la sierra
06 mar 2013 . Actualizado a las 09:43 h.Alberto Vila Garrido es secretario de la sección de exploraciones subterráneas del Club Alpino Ourensán, que este fin de semana organizará en la sierra de O Courel unas jornadas de divulgación de la espeleología y de senderismo. El colectivo ha estado explorando las grutas calizas de la zona desde principios de los años setenta.
-¿En qué cuevas se llevarán a cabo las actividades de espeleología?
-Al principio pensábamos hacer las prácticas en las cuevas de Arcoia y Ceza, pero las examinamos hace unos días y vimos que ahora tienen demasiada agua, sobre todo la de Ceza. Así que decidimos cambiarlas para las de Taro da Lastra y de Carballo, esta última en Santalla de Lóuzara, en Samos. Se trata de divulgar estos espacios y de enseñar algunos principios básicos de espeleología, de forma que puede participar cualquier persona, sin tener conocimientos previos en esta materia. Si después les sigue interesando, pueden apuntarse en cursos de iniciación para profundizar en sus conocimientos.
-¿Están relacionadas entre sí las visitas a las cuevas y las actividades de senderismo que tienen previstas para esta semana?
-No, porque son organizadas por secciones diferentes de la asociación que programan sus convocatorias de forma independiente. Las dos actividades coinciden los mismos días y en la misma zona, pero fue un poco por casualidad. Lo que va a organizar la sección de senderismo es un recorrido por el río Soldón que irá desde el pueblo de Soldón de Sequeiros hasta la ferrería de Rugando y que se llevará a cabo el sábado.
-¿Cuál es el estado de conservación de las cavernas de la sierra?
-En general están bastante bien conservadas. Hubo casos de expolio de estalactitas y estalagmitas y otros destrozos, pero en cuevas a las que se puede acceder con facilidad, como la de Santalla de Lóuzara, que ahora está cerrada con una reja. En las cavidades más profundas y de mayor valor no se han dado esos problemas, porque las entradas son difíciles de encontrar y porque para entrar en ellas hay que tener experiencia en espeleología y contar con equipos adecuados. Por otro lado, la gente ya no arroja basura y animales muertos en las simas como se hacía antes, porque ahora hay más concienciación y también porque hay mejores servicios de recogida de residuos.
-¿En qué medida ayudan los espeleólogos a proteger estos espacios naturales?
-Como visitamos estas cavidades con frecuencia, podemos detectar si se producen destrozos y recomendar que se tomen medidas de protección si es preciso. También evaluamos el estado en que se encuentran la fauna y la vegetación de las grutas, que aunque no son abundantes tienen mucha importancia para la conservación de la naturaleza en general. Los murciélagos son los habitantes más conocidos de las cuevas, pero también hay insectos, arácnidos, anfibios, hongos, musgos o líquenes, a veces de especies muy poco comunes y muy sensibles a las alteraciones ambientales. Son unos espacios de gran interés científico. Y por supuesto, los grupos espeleológicos exploran y cartografían cuevas que están poco o nada estudiadas, de forma que ayudan a conocer y conservar estas cavidades.
-¿En O Courel quedan muchas cuevas por conocer?
-Las hay muy conocidas y que son visitadas muy a menudo por los espeleólogos, como las de Arcoia, Aradelas o Ceza, pero también hay otras que todavía están poco exploradas o que son desconocidas, porque en la zona existen muchísimas cavidades. Además, en las cuevas calizas se producen derrumbes causados por la erosión natural que a veces pueden abrir paso a galerías y salas inexploradas.
Alberto vila espeleólogo