Portos y mariscadores fueron los principales escollos de la obra
09 feb 2013 . Actualizado a las 07:00 h.Con uñas y dientes defendió en su día el Concello de Ribeira la ampliación del muelle exterior, una obra que nunca contó con el beneplácito de un colectivo estratégico, el de los mariscadores. El ejecutivo local capitaneado por Torres Colomer incluso llegó a enfrentarse a Portos para exigir la ejecución del ansiado proyecto pero, a día de hoy, la espera continúa.
La polémica en torno a esta obra vivió su punto álgido en el 2006. Tal día como hoy, La Voz titulaba: «El Concello inicia una campaña para defender el puerto exterior ribeirense». El ejecutivo local tomaba esta decisión después de que el entonces presidente de Portos, Vicente Irisarri, pusiera en duda la viabilidad de la obra.
La polvareda se levantaba después de varios años de promesas incumplidas. Ya el 24 de mayo del 2000, La Voz de Barbanza explicaba en portada los detalles del proyecto: «El muelle comercial ribeirense aumentará en cinco plazas para buques mercantes». En agosto de ese año incluso se ponía fecha a la ejecución de las obras: «La Xunta prevé iniciar la construcción del puerto exterior de Ribeira en el 2001».
Las obras no empezaron en el 2001, pero en ese año se dio a conocer el estudio de impacto ambiental del proyecto, un informe que despertó una rotunda oposición por parte de la cofradía local: «El futuro puerto exterior de Ribeira ocupará 53.000 metros cuadrados de bancos marisqueros». La postura contraria del pósito local se mantuvo en los años posteriores. De hecho, fue el único colectivo que se desmarcó de la comisión pro puerto fundada en febrero del 2006.
La batalla que ese año lidió el gobierno local no dio los frutos esperados y los trabajos de ampliación del puerto nunca llegaron a iniciarse. El actual alcalde, Manuel Ruiz, anunció que esta actuación sigue formando parte de la hoja de ruta y que realizará las gestiones oportunas.