Dos días antes de Reyes, Rajoy inauguró en Pontevedra una obra que lleva cuatro años terminada. Es el llamado Sexto Edificio del Museo de Pontevedra, vistosa construcción de diez mil metros cuadrados que incluye un auditorio y 23 salas de exposiciones. Por supuesto, no se dijo que estaba hecho desde 2008 y que, en la Bienal de 2010, acogió diversas muestras. El detalle habría desmerecido la pompa inaugural.
El caso recuerda a Don Rodrigo, el conquistador español al que cantan Les Luthiers, que llegó tan tarde a fundar Caracas, que la fundó en el mismo centro de Caracas. Inaugurar algo que lleva cuatro años funcionando no deja de ser pintoresco. El dato no aparecía en las páginas de publicidad que se contrataron en los medios.
En el Sexto Edificio del Museo de Pontevedra fueron invertidos 20 millones de euros. Se ve que a la Diputación Provincial le sobra el dinero, pues no en vano acaba de retirar la subvención de 150.000 euros anuales que aportaba al Marco de Vigo. Recortando aquí, se puede gastar más allí. Para justificar la falta de inversiones en Vigo, Louzán volvió a repetir que la responsabilidad es de Caballero. Quien, en su opinión, es «intratable». Pero, en Pontevedra, el alcalde Lores no fue a la inauguración de Sexto Edificio. Porque, el pasado verano mantuvo también con él la enésima agarrada, después de que Louzán disolviese el Patronato del Museo y expulsase al Concello del Lérez de su gestión. Así que el regidor del BNG también resulta un poco «intratable». Está visto que los alcaldes tratables son del PP.
Lo asombroso es que, con todo este show, se castiga a Vigo de forma deliberada. Mientras callan los concejales a quienes, perteneciendo al partido «tratable», pagamos para que defiendan a su ciudad.
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