Humildad para seguir creciendo

Aleixandre Méndez
Álex Méndez PONTEVEDRA / LA VOZ

FIRMAS

Pese a iniciarse en el kayak de mar, Adrián apunta alto en las pruebas de pista

09 dic 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Poco a poco, con la prudencia que le inculca cada día su entrenador, Adrián Torres lleva un par de temporadas subiendo escalones hacia la élite del piragüismo. A sus 17 años, este joven de Portonovo se está revelando como una de las apuestas de futuro de este deporte en la modalidad de kayak. Y lo está logrando a base de esfuerzo, de constancia y, sobre todo, de mucha humildad.

La trayectoria de Adrián en el mundo del kayak es, pese a sus buenos resultados, todavía muy corta. Hace cuatro años, cuando cursaba segundo de ESO, un compañero lo animó a probarlo, despertando la curiosidad del joven. Pero todavía tuvo que esperar algún tiempo para subirse por primera vez a una piragua. «Al principio mi madre no quería que fuera, porque tenía miedo que me pasase algo en el mar. Pero al final conseguí convencerla el año que empezaba a cursar tercero», recuerda.

Sin ninguna experiencia anterior, sus primeros meses en el Club Piragüismo Cofradía de Pescadores de Portonovo fueron exclusivamente de aprendizaje. «El primer año lo dediqué a aprender a montar en la piragua», reconoce. Los vuelcos eran una constante, pero el joven ya daba muestras de que las pequeñas adversidades no eran suficientes para hacer que se rindiese.

Al año siguiente, coincidiendo con la incorporación de Javier Brea al club como entrenador, Adrián comenzó a progresar a pasos agigantados. Desde el primer día, el entendimiento entre técnico y pupilo fue total, propiciando que el chico fuese mejorando su técnica y, con ella, su rendimiento. «Al principio no destacaba, pero fui mejorando mis resultados hasta empezar a meterme en el podio», cuenta el chico. De hecho, esa temporada ya logró un meritorio séptimo puesto en el Campeonato de España en K-1 1.000 metros. «Siempre fue la distancia que mejor se me dio», asegura.

La temporada pasada, Adrián dio el salto a la categoría júnior siendo consciente de la dificultad de mantener el nivel, pero con la confianza que le daba ver cómo sus tiempos mejoraban semana a semana. «Noté bastante el cambio de categoría, porque hay gente muy fuerte con un año más y es más duro, aunque era algo que tenía asumido -afirma-. Pero al final conseguí buenos resultados», agrega. Entre otros logros, Adrián consiguió el décimo puesto en el Campeonato de España de maratón en K-1 en Tui, el cuarto lugar en K-2 500 metros en el Nacional de pista y la sexta plaza en los 1.000 metros, en ambos casos junto a su compañero Diego García. Además, también logró sendos subcampeonatos gallegos individuales, en las distancias de 1.000 metros y maratón. «Fue una sorpresa, porque llegaba después de una lesión. Pero todo salió bastante bien», explica.

Un año para la consagración

El pasado mes de octubre, Adrián comenzó los entrenamientos para la que será su segunda temporada como júnior, en la que luchará por seguir creciendo y en la que los campeonatos de España serán uno de sus objetivos. «Tengo ilusión, pero hay que ir con humildad porque nunca sabes lo que puede pasar en una regata», apunta.

Este será su tercer año con Javier Brea como entrenador, por el que el chico muestra una gran admiración. «Sin Javier no iría a ningún sitio. Si me sacan de su método, no sé si sabría seguir remando igual», afirma. Por delante quedan muchos entrenamientos, alternando las aguas de Portonovo con la pista de Verducido, donde Adrián se siente realmente en su hábitat. «Por mí iría todos los días, pero también hay que comerse las olas», asume.

En el horizonte se vislumbran retos como acudir a competiciones internacionales, pero Adrián, una vez más, se muestra prudente. «A veces, en sueños, sí que me veo en mundiales y campeonatos de Europa», bromea. Mientras tanto, el joven se fija en algunos de los más grandes para seguir progresando, como Saúl Craviotto y, sobre todo, Paco Cubelos. «Es una máquina -dice del talaverano-. Tiene 19 años y.... ¡buf!», añade con admiración.

Más allá del piragüismo, Adrián continúa con sus estudios, cursando un ciclo medio en actividades físicas y deportivas en el medio natural en Poio. Y lo hace porque su intención es seguir los pasos de su mentor. «Algún día me gustaría ser entrenador. De momento, ya voy tomando nota de Javier», dice.

Adrián Torres Bea Kayakista del Club Piragüismo Cofradía de Pescadores de Portonovo