Los «plumachos» ocupan medianas y arcenes en la AG-55

Marta Valiña CARBALLO / LA VOZ

FIRMAS

Ana García

La planta, muy dañina, comienza a extenderse por toda la comarca

05 nov 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Cuenta una leyenda urbana que en algunas carreteras secundarias, casi abandonadas y sin iluminación, suele aparecerse una joven de aspecto fantasmal (al final de la historia se descubre que se trataba de un espectro) para advertir a los conductores del peligro de una determinada curva. En el caso de la AG-55, la autopista que une Carballo y A Coruña, «la chica de la curva», como se la conoce internacionalmente, no es una muchacha, sino una planta. Matas altas y llamativas que crecen en medianas y cunetas y que comienzan a invadir algunos carriles, provocando sustos (y sobre todo situaciones de peligro) a los automovilistas.

Bromas aparte, los usuarios de la vía se ven sorprendidos a diario por los numerosos ejemplares de cortaderia selloana, una planta más conocida como plumachos, plumeros, hierba o carrizo de la Pampa, cuya presencia en el área metropolitana de A Coruña se ha multiplicado. De día llaman especialmente la atención, sobre todo en esta época, en plena floración, pero de noche suponen una auténtica amenaza para los automovilistas, que se ven sorprendidos por las plantas que crecen en las medianas y cunetas y que en muchos casos casi invaden los carriles de circulación. Ocurre, por ejemplo, en el tramo comprendido entre los kilómetros 12 y 6 (peaje de Arteixo), una zona que los usuarios habituales denominan las «curvas de la muerte», ya que en ellas se han producido numerosos accidentes de tráfico, algunos mortales. En ese tramo es habitual que los plumachos se lancen a la vía, mientras que en el resto de la autopista es fácil encontrarse con grandes matas, que compiten, por cierto, con otras plantas invasoras, como el tojo.

La invasión se está extendiendo por toda la Costa da Morte, y en la carretera que enlaza el polígono carballés con la autopista las cunetas están repletas de plumachos, que en algunos jardines municipales incluso han utilizado como planta ornamental, a pesar de que los expertos advierten de que es una especie invasora que extingue plantas autóctonas. Incluso desde la Consellería de Medio Ambiente advierten de que la hierba de la Pampa «considérase como unha das 20 especies exóticas invasoras máis dañinas presentes en España».