Una fundación californiana enseña en Mazaricos a edificar con tierra y adobe
02 ago 2012 . Actualizado a las 07:00 h.Si lo que están poniendo en práctica estos días en las instalaciones de Naturmaz (Mazaricos) prospera, los constructores podrán empezar a olvidarse de ver la luz al final del túnel. No habrá salida.
Y es que una fundación, Cal-Earth, de California, está enseñando, mediante un cursillo, una curiosa forma de construir en unas clases a las que acuden españoles, portugueses y norteamericanos interesados por un proyecto que puso en marcha hace 20 años el arquitecto Nader Khalili.
Se trataba de aprovechar técnicas y material militar para construir viviendas capaces de aguantar desde las balas hasta un terremoto. Para ello aprovechan los sacos de tierra, como los que se usan en las trincheras, que rellenan con tierra mezclada con cal o con pequeñas cantidades de cemento. Esos sacos son, de longitud variable, se van disponiendo en hiladas unidas entre ellas por alambre de espino, y creando una bóveda que finalmente se recubre con revoco.
«Todo lo que necesitamos está en el lugar», explica Marina Medialdea, responsable de la fundación en España. La idea es crear casas totalmente seguras pero con una estructura que tenga un coste mínimo. La factura final se rebajaría considerablemente y se lograría una vivienda natural, con un impacto mínimo en el medio.
Refugios
La fundación se encarga de crear refugios de emergencia del mismo modo en zonas de catástrofe. Se hacen en unos días y tienen una solidez a prueba de ciclones.
Fomentan la bioconstrucción y la autoconstrucción, con la consiguiente reducción de costes y de impactos medioambientales, ya que para levantar ese tipo de inmuebles no es necesario, por ejemplo, talar árboles. El material que conforma la estructura se denomina «superadobe» y es básicamente tierra.
La fundación tiene delegaciones internacionales que organizan cursos para promocionar ese tipo de edificios. El que está en marcha en Mazaricos es el primero que se hace en Galicia y está teniendo mucho éxito.
En su caso están construyendo una especie de pequeño búnker para un campo de paintball, pero la técnica vale para cualquier cosa, también para casas con una calidad más que aceptable y una cuidada estética. Son ecológicas, económicas y sostenibles, dice Medialdea.
Que se componga de sacos llenos de tierra compactada no significa que el suelo tenga que ser del mismo material. Puede llevar igualmente ventanas bien aisladas e instalaciones sanitarias y eléctricas similares a las de una vivienda normal. Lo que varía es la estructura, en la que con el «superadobe» se ahorran muchísimos costes en materiales y mano de obra especializada.
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