Como las de la abuela

benigno lázare

FIRMAS

OSCAR CELA

En la Granxa Maruxa, donde se producen galletas artesanales ecológicas, todo está a mano. A solo 50 metros está la fábrica de mantequilla, donde trabajan 48 obreras frisonas

10 may 2012 . Actualizado a las 11:36 h.

Si hay vacas por medio es difícil discernir cuándo estamos en jornada laboral ordinaria y cuándo tenemos derecho a cobrar horas extras. Pero como hay que poner el reloj a cero en algún momento, el de Granxa Maruxa (Cumbraos-Monterroso) empieza a marcar a las nueve de la mañana. A esa hora Marta Álvarez Quintero enciende el horno eléctrico para que se le vaya calentando la piedra, e inicia el laborioso trabajo de desnatar la leche ecológica que los dos empleados de la granja ordeñaron el día anterior. Lo hace con una pequeña máquina (en esta granja todas las máquinas son pequeñas), pero está ocupada un buen rato porque son unos 250 litros de los que saca alrededor de 15 kilos de mantequilla de la auténtica.

Casi al mismo tiempo, Chus Formoso, la empleada, prepara la amasada para la primera tanda de maruxas, las tradicionales galletas de nata que hacían las abuelas cuando la leche no circulaba por los circuitos de ordeño. Chus es la maestra galletera que aún tiene otra habilidad: a un trozo de masa le va sacando pellizcos de monja y formateando pequeñas galletas de apenas unos gramos, hasta sumar alrededor de 30 kilos diarios. Repite la operación desde las nueve y media de la mañana hasta la una y media de la tarde, alternándola con nuevas amasadas. La encargada de meterlas y sacarlas del horno es Mercedes Guerreiro Segade, la socia de Marta, que también atiende los pedidos y el teléfono. En esas están cuando llegamos nosotros, retrasándoles todavía más el trabajo, porque el día anterior el Ministerio de Agricultura les concedió el premio Alimentos de España (segundo galardón ministerial que obtienen), y las visitas y llamadas telefónicas son constantes.

Las seis bandejas de la última remesa entran en el horno pasada la una de la tarde y media hora después están fuera, con lo que a las dos menos cuarto toca descanso para comer. A las cuatro y media se reanuda el trabajo, pero por la tarde funciona solamente la cadena de embolsado, en la que las tres hacen lo mismo: empaquetar, pesar y precintar.

Las dejamos a media tarde con casi todas las maruxas manufacturadas, pero como aún quedaba suficiente jornada iban a ponerse de nuevo manos a la masa, porque el domingo es la Festa do Melindre en Melide y quieren llevar 150 kilos, que saben que los venderán. Por primera vez en los dos años que llevan elaborando galletas, suspendieron la distribución para centrarse en la popular celebración melidense. Madrid, Cataluña, el País Vasco, Asturias y las cuatro provincias gallegas esperarán hasta el martes.

En: Cumbraos (Monterroso) Un: Miércoles De: 12.30 a 18.30 h. (con intermedio)