La Mostra do Ensino enseña experiencias profesionales sorprendentes
13 abr 2012 . Actualizado a las 07:00 h.Uno de los mensajes más repetidos en la Mostra do Ensino-Galicia 2012, que se celebra estos días en A Coruña, es que la formación profesional tiene muchas salidas. Y es que uno nunca sabe dónde va a acabar, y si no que se lo digan a Alberto Ruiz. Este ferrolano decidió cursar un ciclo medio de Fabricación a Medida e Instalación de Carpintería e Mobles, una habilidad que se le «daba muy bien de pequeño». Hace unas semanas se incorporó a la plantilla del grupo de empresas de Cándido Hermida para realizar las prácticas, y para su sorpresa, su primer reto no pudo ser mejor: construir una mesa para Cristiano Ronaldo.
El joven ferrolano participó durante cinco días en la construcción de este encargo de altura no solo física -la estructura era de cuatro por cinco metros-, sino por lo que implicaba. «Era una mesa-escritorio con forma de ola de Quicksilver, y con una silla de diseño», señaló Alberto Ruiz ayer desde el puesto del centro donde cursó la FP. Tanto él como sus compañeros comentaron la diversidad de este ciclo medio, ya que permite hacer desde algo simple y bonito, como una talla, hasta la estructura de un edificio. Según cuenta este joven, la empresa para la que trabaja dispone de una cartera de clientes de lujo: «Antes de llegar yo se habían hecho cosas para la boda de Marta Ortega o para Fernando Torres».
La segunda jornada da Mostra do Ensino acogió por la tarde una gala de peluquería y estética, en la que se mostraron algunos de los trabajos realizados por las jóvenes de Someso. Una de ellas, Zoe Cantero, llegó a este mundo casi por casualidad: «Había empezado veterinaria, pero decidí que la peluquería, uno de mis hobbies, era lo que me hacía feliz».
La técnica de empaquetar
En otro de los puestos, los alumnos del Rodolfo Ucha Piñeiro, de Ferrol, mostraron algunas de las técnicas que habían aprendido en el ciclo de Xestión Comercial e Márketing, como organizar un escaparate o empaquetar, algo que a priori puede resultar sencillo. «Se necesita muchísima técnica para envolver un regalo perfectamente, sin que queden dobleces o falte papel. Los primeros que envolví me llevaron alrededor de 15 minutos», señaló Tatiana Sinisterra, de 22 años.