«En el "paintball" hay muchas risas»

ANA F. CUBA VALDOVIÑO / LA VOZ

VALDOVIÑO

JOSE PARDO

David Veiga Graña abrió en mayo de 2017 en Valdoviño el Paintball A Lagoa, un espacio de ocio donde un equipo trata de eliminar al otro disparándole bolas de pintura

25 feb 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

«El paintball es una actividad que se practica al aire libre, enfocada a grupos de amigos o familias, para pasar un buen rato». David Veiga Graña (Valdoviño, 1985), maestro de Educación Física y propietario del Paintball A Lagoa, en la parroquia de Lago, añade otro dato relevante a la definición. «Disparamos bolas de pintura con marcadoras [pistolas], unas para niños de entre siete y 14 años y otras para los de más de 15. La diferencia es la fuerza con la que salen las bolas, que en el caso de los mayores se impulsan con una bombona de CO2 líquido», indica el promotor de la instalación, la única de estas características en la comarca.

¿Quién puede jugar? Cualquiera de siete años en adelante. ¿Mancha? «Nada. A todos los jugadores les proporcionamos un buzo especial de algodón, con protectores de cuello, guantes reforzados con goma para no lastimarse con las bolas, un chaleco acolchado y una máscara integral», describe el promotor del negocio, que abrió en mayo de 2017. Disponen de buzos de color negro y de camuflaje, para diferenciar los dos equipos que se enfrentan sobre el terreno.

Los monitores, que vigilan cada sector y recuerdan la prohibición de disparar a menos de cinco metros del objetivo, proponen misiones. «Robar la bandera o matar al capitán del equipo contrario; meter un infiltrado, al que hay que descubrir y eliminar; tomar la colina...», enumera. Pese a las referencias bélicas, David aclara que «en el paintball no hay violencia, lo que hay son muchas risas». Los disfraces que facilitan a sus clientes -de pollo, elefante, burrito o conejo- contribuyen a la diversión.

En A Lagoa no se permite celebrar partidas simultáneas, por seguridad, y los equipos siempre se forman entre gente conocida. La clientela es variopinta. «Cada vez se celebran más cumpleaños de niños, que aquí pueden dispararse, tirarse por el suelo y mancharse; y cara al verano, familias que buscan turismo activo. También vienen muchos grupos de amigos de 20 a 35 años». Algunos concellos organizan campamentos infantiles o de adultos.

En cuanto a las tarifas, la infantil es de 14 euros, y el lote básico para más de 15 años, de 19 de lunes a jueves, y de 21 de viernes a domingo y los días festivos. En todos los casos, sin límite de tiempo (los cumpleaños duran tres horas y media) e incluyendo el seguro de responsabilidad civil, obligatorio, y el de accidentes, que en otros casos el cliente ha de abonar a mayores.

En el Paintball A Lagoa disponen de un merendero con una pérgola de 25 metros cuadrados, para dar sombra, y un área habilitada para quienes esperan, grandes o pequeños, con camas elásticas, toboganes y porterías de fútbol. Cuentan, además, con vestuarios: «Es algo que la gente valora mucho, sobre todo en una despedida de soltero, porque sales de aquí duchado y listo para ir a cenar o salir de fiesta».