Este «pixín» organiza rutas al cabo Ortegal y por la ría de Ortigueira
01 jul 2022 . Actualizado a las 21:04 h.Álvaro Carrodeguas (Feás-Cariño, 1972) ha elegido vivir en su velero, el Sanjola, una embarcación sueca de aluminio y 8,80 metros de eslora, atracado desde hace más de dos meses en el puerto de Ortigueira. «En Cambados xa vivira tres anos nun barco, traballaba nun colexio e nunha piscina; e no verán víñame e daba clases de vela lixeira en Ferrol», cuenta este pixín que estudió educación física. En noviembre volvió a mudar su residencia, de tierra firme al agua, tras varios años dedicado al turismo rural en el hotel A Miranda, en Féas. «Estou porque quero; de momento a miña idea é seguir... Non para sempre», aclara. «Hai quen me di que estou tolo», empezando por sus padres.
«Meu pai era mariñeiro e meu avó dedicábase a levar xente nas lanchas que ían pola ría, de Feás a Ortigueira. Os dentes saíronme no mar», relata el promotor de la empresa ¿Queresvela?, una iniciativa reciente con la que pretende ganarse la vida. «A ver se o verán dá para o inverno, como a formiga», confía. Álvaro evoca así la senda del abuelo, pero centrado en las rutas turísticas, desde el muelle de Cariño hasta el cabo Ortegal y, cuando la mala mar lo impide, por el interior de la ría, navegable todo el año con marea llena. También realiza travesías hasta Cedeira, Estaca de Bares, O Barqueiro o Viveiro.
La experiencia arrancó con los huéspedes del hotel A Miranda, en los veranos. Ahora se promociona a través de la página web (queresvela.com) y con una campaña de reparto de carteles y tarjetas por hoteles de Ortegal, Ferrolterra y A Mariña lucense, que está a punto de emprender. Los paseos en yate, con cinco plazas (además del patrón), duran entre dos horas y media y tres y cuestan 30 euros por persona (12 para menores de 12 años). Ofrece servicio de picnic (por encargo) y ya ha albergado alguna despedida de soltero. Álvaro se maneja con la tableta y, desde agosto, tiene teléfono móvil, concesión irremediable para un espíritu aventurero que se hace autónomo y aspira a vivir de su barco, un espacio reducido pero acogedor, donde tiene de todo (salvo ducha, que podría montarse), incluido un televisor aún por instalar. «Se queres é coma unha casa, sempre tes cousas que facer, mantemento...». Él pasa muchas horas fuera de casa. El nordeste es su mayor rival. Si se encapricha, el Sanjola vira y Os Aguillóns tornan en destino imposible. Cuando se calma, la costa de O Picón (Loiba) es otro rumbo propicio.