Combate en Callao

José Picado ESCRIBANÍA DE MAR

NEDA

05 jun 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

El combate en Callao lo ganó el hormigón y lo perdieron los adoquines. El alcalde socialista Ángel Mato sustituyó el adoquinado que había recolocado, no hace mucho, el alcalde popular Rey Varela. Durará diez años, como mínimo, había declarado el alcalde Rey poco antes de ceder el bastón de mando al alcalde indefinido Jorge Suárez, quien vio que a los dos o tres años los adoquines de Callao se retorcían, hundían o desparejaban dando paso a un sinfín de fochancas, baches y socavones. No importa. Los socialistas, apoyados por Suárez y otros, colocan ahora el hormigón «con las piedrecitas de playa», calificativo que tenían para ese mismo pavimento en la calle del Sol, y retiran parte de los adoquines de granito en otro tiempo cuidados como oro en paño.

El combate en Callao lo ganó una calle y lo perdió la plaza. Los automóviles y autobuses podrán acelerar y tener buena arrancada antes de meterse en el túnel de la plaza de España, del que muchos creen que no volverán a salir.

El combate en Callao lo ganaron los coches y lo perdieron las personas. ¿Las personas que conducen o las que caminan? Las personas con conciencia cívica, ciudadana, vecinal, amiga de los paseos y las caminatas saludables y no contaminantes y, en su caso, usuarias del transporte público. Los ferrolanos ven, en Callao, cómo la ciudad ignora las pautas de los nuevos tiempos y sigue enfrascada en líos de movilidad, transportes, aparcamientos y asuntos así.

El combate en Callao lo perdió Méndez Núñez, que pena da decirlo, quien fuera el ganador del Combate del Callao en Perú, el 2 de mayo de 1866. El contralmirante Casto Méndez Núñez, marino con una hoja de servicios insuperable, había ganado la batalla contra la plaza fuerte del Callao, una acción memorable dentro de la guerra hispano-sudamericana que nos enfrentó a Perú, Chile, Bolivia y Ecuador a mediados del siglo XIX. Luchó al frente de la Escuadra del Pacífico desde su puesto de mando en la fragata blindada Numancia, calificada como la «más potente del orbe» y que fuera la primera fragata blindada en dar la vuelta al mundo en 1867. Le acompañaban marinos de oficio como Antequera, Lobo y Pezuela al mando de otras dos fragatas de hélice, tres de menor desplazamiento y una corbeta. Después de un día de combate la escuadra española contabilizó 194 bajas entre muertos, heridos y contusos, frente a las 688 bajas de los defensores del Callao. Los homenajes en España se tradujeron en placas de plazas, estatuas, alamedas, colegios, etc., con los nombres de Callao, Méndez Núñez o Numancia. Méndez Núñez, el marino olvidado en Ferrol, ya ni siquiera puede ver las películas en el Cine Callao, al que la piqueta se llevó por delante como ahora los adoquines de granito.