Ramón R. Silverio: «Llevo 70 años en moto por toda España y solo tuve un accidente con un coche que se fugó»

NARÓN

Ramón Rodríguez Silverio, con su moto en la plaza de Xuvia
Ramón Rodríguez Silverio, con su moto en la plaza de Xuvia JOSE PARDO

Le renovaron el carné hasta los 89 y pilota una máquina de 650 centímetros cúbicos

15 ene 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Viajar en moto es su gran pasión y ni siquiera la pandemia ha logrado apartarlo de su Yamaha Drag Star de 650 centímetros cúbicos. Ramón Rodríguez Silverio (Neda, 1937) vive en Narón desde que tenía tres años y su familia comparte esa gran pasión. Tiene cinco hijos, dos son gemelos y tienen cada uno una BMW histórica y otro tiene una moto de monte. Su esposa, Alicia, la acompañó a lo largo de cerca de 70 años en sus viajes por toda España y ahora tuvo que hacer un receso, porque está recién operada de una cadera.

—¿Cuándo fue su primer contacto con una moto?

—Mi padre estaba en la Marina y tenía una Vespa. Cuando estaba viajando yo cogía la moto sin que mi madre se enterase. Tenía 14 o 15 años y me fui aficionando. Cuando cogí novia anduvimos muchos en esa Vespa, cuando las mujeres iban sentadas de lado, porque la ropa no era como la de ahora. Solo se montaba a horcajadas cuando hacíamos un trayecto largo. Nos unimos al Vespa Club Ferrol y participábamos en la caravana de Ferrol a Lugo, siempre con la moto de mi padre.

—¿Y cuándo tuvo la suya propia?

—En 1962 compré una Bultaco Metralla y seguimos viajando, pero con la llegada de los hijos y los viajes, por razones laborales, me fui apartando un poco de la moto, pero cuando estaba trabajando fuera siempre alquilaba una los fines de semana. Cuando me retiré estaba a punto de cumplir los sesenta años y fui con mi mujer a A Coruña y compramos una Suzuki Intruder de 250 centímetros cúbicos, para adaptarme antes de comprar una de gran cilindrada. A los dos años la vendí y compré la Yamaha Drag Star de 650 centímetros que sigo teniendo y con la que recorrimos 90.000 kilómetros por toda España, que cruzamos de norte a sur en varias ocasiones.

—Con tantos kilómetros recorridos, ¿tendrían varios percances?

—Solo tuvimos un accidente en Chiclana de la Frontera, en una rotonda. Yo giraba por el carril exterior y un Mercedes que iba por el interior nos tiró al salir y se fugó, pero no nos pasó nada. Fue el único trance, al margen de pequeños sustos de frenar o patinar, pero sin llegar a caer.

—¿Suelen viajar en grupo o los dos solos?

—Mi esposa tiene 82 años y viajó conmigo en moto hasta hace algo más de un año, porque le implantaron una prótesis de cadera y tiene miedo a hacerse daño. Hasta entonces solíamos salir con gente más joven, lo que nos animaba mucho. Los últimos años íbamos con otros moteros a Ourense y a distintos puntos de Galicia.

—¿Y ahora?

—Yo sigo saliendo solo, porque la moto me da muchas satisfacciones. En octubre, que hacía buen tiempo, fui a Viveiro, Ortigueira, Cedeira... Me encanta subir por el Caxado y por la Gañideira, con unas carreteras muy chulas y yo soy un enamorado de la moto.

—¿Hasta cuando piensa seguir pilotando su moto?

—Me acaban de renovar el carné por cinco años, por lo que podré conducir hasta los 89. De momento me encuentro bien de reflejos y con el coche vamos todos los años a Benidorm. Salimos de casa en Xuvia a las siete de la mañana y en 12 horas estamos en el destino.

—Su vida laboral también fue bastante ajetreada, ¿no?

—Sí, en el 52 entré como aprendiz en Bazán, cuando tenía 23 años me fui a Vaycora y cinco años después estuve trabajando en O Porriño, con la empresa de calderería Fensa. Allí viví un momento un tanto histórico, porque era el encargado con 25 operarios a mi cargo y construimos una parte de la grúa pórtico de Astano. En el 71 entré en Astano como operario, cuando se estaba construyendo el petrolero Arteaga, que fue un hito en la historia del astillero de Fene, y a los dos años pasé a la sección de autocontrol y me retiré en garantías de calidad, donde me encargaba de revisar proyectos que se hacían aquí y fuera. Así, pase períodos de un año y medio o dos en Santander, Asturias y Puerto Real, pero venía a casa con bastante frecuencia.

—También tuvo una incursión en la vida política.

—Fui concejal de PP en Narón, pero apenas viví el ayuntamiento, porque era cuando estaba trabajando en Puerto Real.

—Y presidente de la asociación de vecinos Santa Rita de Xuvia durante una buena temporada.

—Sí, estuve durante 20 años como presidente y me fui hace dos años.