Las gallegas más picantes

NARÓN

MARCOS MÍGUEZ

El restaurante Pracer de A Coruña estrena una salsa picante elaborada en exclusiva para este local por la cooperativa de Narón A factoría de lume, que apuesta por la elaboración de productos gallegos potentes

29 may 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Es para amantes de las sensaciones fuertes. Para esos paladares que disfrutan cuando sienten algo picante. Porque esta nueva salsa gallega está buena, pero pica mucho. La recomendaría cualquier proctólogo con poco trabajo. «Si la tomas sola sí, es verdad, pero con comida está muy bien. Para potenciar el sabor de una salsa de tomate, por ejemplo. Nosotros la servimos acompañando al pan y al aceite y recomendamos a los clientes tomarla con la burger, las alitas, la costilla barbacoa o el codillo», explica Javi Freijeiro. Hace dos años abrió con su colega Moncho Bargo el restaurante Pracer en el barrio coruñés de Zalaeta. Una apuesta moderna, transgresora y gamberra que se ha hecho un hueco en la oferta hostelera local. Ahora cuentan con una salsa propia que lleva el nombre del negocio y que es fruto de la colaboración con A factoría do lume, una cooperativa radicada en Narón que impulsan Xaquín Pérez, de 34 años, y su madre, Elena Sabín.

UNA IDEA QUE NACIÓ EN LONDRES

Leo esta frase en la página web de la firma. «Sabemos que te gusta sufrir». Xaquín se ríe cuando se lo comento. «Queremos hacer salsas picantes y potentes desde Galicia, y claro que a la gente le gusta sufrir. Elaboramos cuatro, además de la colaboración con la gente de Pracer, y la que más pica es Inferno, que lleva jalapeño y un chile de la India que es de los más picantes del mundo», explica Xaquín, un trotamundos emprendedor que habla con pasión de su trabajo. «Siempre me gustó la cocina y en mi casa comemos nivel gourmet. En el 2010, debido a la crisis, tuve que ir a buscarme la vida a Londres y allí conocí a chefs de todo el mundo que me enseñaron a conocer los distintos niveles de picante y a descubrir los matices», relata. Tras una etapa por Sudamérica, decidió montar la empresa. El día antes de la pandemia se había comprado ropa para empezar la labor comercial de bar en bar.

ELECCIÓN DE INGREDIENTES

El coronavirus frenó su proyecto y el de todos. También el de Moncho y Javi y su restaurante Pracer. «Durante el confinamiento se nos ocurrió crear una salsa rabiosa específica para nuestro local. A través de las redes sociales conocimos A factoría do lume y le mandamos un mensaje directo», recuerda Javi. Hicieron bastantes pruebas hasta dar con lo que buscaban. «Queríamos que, además de picante, fuese ahumada y con un poco de recuerdo a ajo. Finalmente, la salsa lleva Carolina Reaper, uno de los chiles más poderosos del planeta, además de jalapeños, chile chipotle ahumado con madera de haya, ajo asado a baja temperatura, vinagre blanco y sal. Y ya está. «Después de un año de trabajo sale al mercado la primera salsa coruñesa hot & smoked», destaca Javi. Crearon un logo y apostaron por un envase algo más pequeño de tamaño que el del tabasco, para que todos se hagan una idea. «Es para que, una vez abiertas, no se quede tanta cantidad en la nevera y no se pierda», explican.

Lo más llamativo es que es algo que acaba de nacer y «esta semana ya se van cien unidades para un asador de Arganda. Surgió como algo anecdótico pero se va a convertir en otra cosa. Es una nueva vía de negocio y la primera salsa de otras», adelantan desde Pracer. Y Xaquín, el creador de las salsas-fuego también avanza que van a sacar más combinaciones y que están haciendo productos específicos para empresas que se lo solicitan. Es decir, que en Galicia salimos de la pandemia convertidos en una referencia en el mundo de las salsas picantes. «Apostamos por los productos gallegos y los productos naturales relacionados con el picante. Sí, surgió como algo pequeño, pero se va a convertir en grande», dicen. Por cierto, me hablan de un licor café con un toque picante que va a ser la bomba. Unos fenómenos estos chicos. Una pena que, con el paso de los años, lo único que aguantas son los pimientos de Padrón siempre y cuando no piquen demasiado. Tengo el pequeño envase de Pracer en la mano y estoy a punto de echárselo a una carne para ver si soy capaz de soportar el picor. Ya les contaré las sensaciones.