Final feliz para Mel, la perrita abandonada con nueve cachorros en una caja de cartón

BEATRIZ ANTÓN FERROL / LA VOZ

MUGARDOS

Alberto, Rebeca y su hija Maya, con Mel, la perra que encontraron abandonada en Mugardos el pasado mes de julio
Alberto, Rebeca y su hija Maya, con Mel, la perra que encontraron abandonada en Mugardos el pasado mes de julio cedida

Alberto, Rebeca y su hija Maya la hallaron en un parque de Mugardos y ahora vive con ellos en Madrid: «Los que tuvimos suerte al encontrarla fuimos nosotros»

24 feb 2024 . Actualizado a las 15:44 h.

En el refugio de animales mancomunado de Mougá (Ferrol) la bautizaron como Loli, pero ahora se llama Mel, vive en Madrid y hace ya varios meses que dejó atrás una triste historia de abandono. El pasado 25 de julio, esta perrita mestiza de dos años y medio de edad fue abandonada a pleno sol junto a sus nueve crías, todas en una caja de cartón, en el área recreativa de Roibeiras (Mugardos). Pero Mel tuvo mucha suerte, porque unos excursionistas que estaba por la zona acudieron en su ayuda nada más toparse con ella, y tras pasar diez semanas en el refugio de Mougá junto a sus crías, fue adoptada por las mismas personas que la encontraron.

Ellos son Alberto, Rebeca y su hija Maya, una familia con raíces mugardesas que reside en Alcorcón (Madrid). «Los que tuvimos una enorme suerte al encontrarla fuimos nosotros. Llevábamos ya algún tiempo pensando en adoptar una perra y fue como si el destino la pusiese en nuestro camino. Mel es alegre, cariñosa y muy divertida y ya es una más en casa», cuenta Rebeca al otro lado del teléfono desde Madrid.

Los tres recuerdan que el pasado 25 de julio se encontraban de vacaciones y decidieron ir al parque de Roibeiras para disfrutar de una comida campestre con unos amigos. Nada más llegar, se toparon con la sorpresa: «Mel vino hacia nosotros como pidiendo ayuda, y luego, ya en el aparcamiento del parque, vimos la caja con los nueve cachorros. Estaban a pleno sol y lo primero que hicimos fue darles agua y algo de comida», explica Alberto.

Era un día festivo, nadie cogía el teléfono en el Concello, y tras varias llamadas infructuosas al 112 y a la Guardia Civil, una familia que estaba también por la zona avisó al jefe de la Policía Local, Juan Carlos García. «Se portó fenomenal, vino en persona y se hizo cargo de todo», cuenta Rebeca con agradecimiento infinito hacia el agente y los efectivos del GES de Mugardos, que dieron aviso a Mougá.

La perrita y sus cachorros fueron enviadas de inmediato al refugio, pero ese mismo día Rebeca, Alberto y su hija ya decidieron que se la querían quedar. «A un cachorro todo el mundo lo quiere adoptar, ella lo iba a tener más difícil, así que no tuvimos duda».

La noticia del abandono provocó una enorme ola de solidaridad y numerosas personas se pusieron en contacto con el refugio para adoptar a la perra y sus cachorros, pero Rebeca, Alberto y Maya estaban en la parrilla de salida, y al cabo de dos meses y medio (el tiempo que Mel permaneció en el refugio para recuperarse y amamantar a sus crías), se pudieron llevar a la perra a su casa de Madrid. «La adaptación fue facilísima y no hubo casi ni que enseñarle a salir de casa para hacer sus necesidades. Mel ha ganado algo de peso, porque cuando la encontramos estaba bastante consumida, y desde el primer día se portó muy bien. En casa es muy tranquila y calmada, pero cuando salimos al campo se transforma y no para de correr y jugar. Además, es muy sociable con otros perros y muy cariñosa con nosotros», destaca Rebeca.

A su hija Maya también le encanta sacarla a la pasear y lo que quieren dejar claro los tres desde el principio es que «siempre, siempre» hay alternativas al abandono. «No sabemos por qué los dejaron allí, todo son conjeturas y no queremos juzgar, pero, si alguien ya no se puede hacer cargo de un perro por lo que sea, existen refugios y un montón de protectoras a las que se puede pedir ayuda», insiste Alberto.

Mel tuvo mucha suerte al encontrarlos. Y sus cachorros también, porque, salvo tres que murieron por un problema congénito en la mandíbula, todos han sido adoptados y ya tienen un hogar.

El refugio recogió el año pasado 320 canes, de los que solo fueron recuperados 71

El abandono de animales va a más en la comarca o al menos eso es lo que reflejan las cifras del balance anual del refugio de Mougá correspondiente al 2023. Ese año llegaron a las instalaciones mancomunadas un total de 320 canes, de los cuales solo 71 fueron recuperados por sus dueños. La buena noticia es que 204 fueron adoptados. Con todo, desde la Mancomunidad llaman a la responsabilidad de los ciudadanos y piden que se opte «pola adopción en lugar da compra», para luchar así contra el abandono.

En Mugardos, la Policía Local, con el apoyo de la protectora Indicán, también ha realizado en los últimos tiempos una intensa labor para luchar contra la realidad de los perros encadenados durante más de seis horas al día, algo que está castigado con sanciones de 200 euros por cada animal en esa situación. Desde que se aprobó la nueva ordenanza municipal, la Policía Local ha detectado unos 30 casos, de los que solo seis resultaron sancionados, ya que, tras apercibirlos, los restantes dueños que habían sido denunciados acometieron obras de cierre en sus fincas para evitar que los perros se puedan escapar y no haya necesidad de atarlos.