Dos Aquelabanda separadas docenas de kilómetros y con sendas sorpresas

Cristóbal ramírez

MOECHE

Cristóbal Ramírez

Abegondo y Moeche comparten topónimo y, aunque muy diferentes, ambas localidades ofrecen mucho para ver

02 abr 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Que los topónimos se repiten por Galicia adelante no es ninguna novedad. En ocasiones esa repetición es cuantitativamente muy grande -¿cuántos núcleos de población no se llaman Piñeiro o Outeiro?- y en otras, mínima. Esto último sucede, por ejemplo, con Aquelabanda, en una parte de la retaguardia del golfo Ártabro muy bien conocida desde hace siglos, puesto que ocho centurias atrás por ahí pasaban y siguen pasando los peregrinos que dejaban a la espalda A Coruña y enfilaban hacia Compostela.

Y así, tras el descenso por un pequeño bosque, el caminante llegaba y llega a Aquelabanda, hoy un pequeño grupo de casas, café incluido. Podría parecer una aldea como tantas otras, pero no, no lo es. Y no lo es porque ahí está la pequeña y entrañable capilla de San Xoán.

Pasado el río, unos metros más adelante, una casa de piedra vista, en la cual pernoctó Felipe II, el rey que se marchó a Inglaterra a casarse con María Tudor, pone una nota noble en el paisaje. Y para completar el trío, el edificio de enormes dimensiones que se alza unos metros más allá, en una bifurcación, recuerda que estuvo ligado a la formación de señoritas. Y además, el visitante verá señales de que por ahí pasa el Camino Inglés.

Pero, ¿qué tiene en común esa Aquelabanda con la minúscula aldea homónima que se localiza nada menos que en el municipio de Moeche? Porque allá, en la parte alta, boscosa y muy poco frecuentada de ese concello no hay Camino de Santiago, que se sepa no pasó ningún rey por esos pagos y ni siquiera tiene taberna, bar, café o lo que sea. Ni templo.

Para ser sinceros, esto último no es cierto del todo. Sí lo hay, en el desvío que deja la carretera principal y conduce a Aquelabanda, que se ve al fondo. Una capilla pequeña, con un toque neogótico, aunque no derrocha encanto.

Claro que la vecindad eleva el nivel, porque siguiendo la carretera inunda la retina otra iglesia de dimensiones mucho mayores, la de Santa Cruz. Es esta una muestra del barroco rural, aunque en este caso con la sobriedad como bandera, al mismo tiempo que destacan sus grandes volúmenes y la espadaña. Y entre uno y otro, la sorpresa. Ahí sí que la Aquelabanda de Moeche gana por goleada a la de Abegondo. Se trata de un imponente castro. Una pista de tierra permite aparcar pegado a esa defensa, y luego se trata de trepar para contemplar el panorama.

EL COMIENZO

Aquelabanda de Abegondo: 43º13'27N 8º20'06W.

Aquelabanda de Moeche: 43º33'01N 7º57'36W.

LA FOTO MÁS PERSONAL

Ante la casa donde pernoctó Felipe II.

EL DESAFÍO

Recorrer las murallas del castro.

EL PASADO

La iglesia de Santa Cruz fue construida en un momento en que hubo un excedente agrario y monetario en Galicia.