Adiós en Ferrol a un cardiólogo todo corazón padre de la Jane Goodall gallega

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El coronel médico Francisco Javier Atencia ejerció en el antiguo Hospital de Marina y también en Madrid.
El coronel médico Francisco Javier Atencia ejerció en el antiguo Hospital de Marina y también en Madrid. CEDIDA

Francisco Javier Atencia tenía 85 años y era coronel médico de la Armada

01 sep 2023 . Actualizado a las 15:42 h.

Francisco Javier Atencia Jiménez, prestigioso cardiólogo y padre de la primatóloga del Instituto Jane Goodall Rebeca Atencia —que fue distinguida en 2010 con la Insignia de Oro del Concello de Ferrol—, falleció a los 85 años de edad. Aunque nacido en Málaga y residente en Madrid desde hace casi tres décadas, siempre estuvo muy ligado a Ferrol.

Como médico militar —alcanzó el empleo de coronel—, ejerció buena parte de su carrera en el Hospital de Marina. Y además, estaba casado con la ferrolana Delfina Fernández Coba, con la que tuvo seis hijas y un hijo. Todos ellos acudieron a darle el último adiós este jueves en el cementerio de Vilaboa (Valdoviño), parroquia de la que es oriunda la familia de su esposa, donde fue enterrado. Y a las seis y media de la tarde de este viernes está previsto que se oficie un funeral en su memoria en la iglesia castrense de San Francisco, en Ferrol.

Atencia ingresó en el cuerpo de Sanidad de la Armada en 1963 y tras su especialización en Pulmón y Corazón fue destinado a Ferrol, donde ejerció como jefe de la clínica de Aparato Circulatorio y Respiratorio. Hasta el año 1995 residió en la urbe naval, concretamente en el lugar de La Cruz, en Viladóniga. Entonces se trasladó a Madrid, donde estuvo destinado en la Dirección de Sanidad de la Armada como jefe de la sección de Estadística Sanitaria. Allí ejerció también como cardiólogo en una consulta privada hasta hace doce años. Fue además, uno de los fundadores de la Sociedad Gallega de Cardiología y era miembro numerario de la española.

Quienes lo conocieron destacan de él su afabilidad: «Era una persona muy querida, todo dulzura y muy buena persona», traslada una persona próxima. «Si él no está en el cielo ya no lo intentamos nadie», apostilla.