El mar no ha dejado faenar a los profesionales de Cedeira y Cariño desde antes de Navidad

ANA F. CUBA
Redactora Ortegal

«Llevamos casi dos meses en blanco, el invierno está siendo mucho más duro que el año pasado», corrobora Juan Carlos Pardo Galdo, percebeiro y patrón mayor de la cofradía de pescadores de Cariño. El mar les dio una tregua la semana previa a Nochebuena, por lo que al menos pudieron aprovechar algunos de los días de la mejor campaña del año en cuanto a precios (por volumen de marisco comercializado, destaca la temporada veraniega). Pero a partir de ahí, se han sucedido los temporales en la costa, obligando a los profesionales de Cedeira -unas cuarenta lanchas- y Cariño -cerca de veinte embarcaciones- a quedarse en tierra, salvo un par de jornadas, en el mejor de los casos, «arriesgando». «Pero el alquiler tenemos que pagarlo todos los meses», se queja un cedeirés.

El veterano Antonio Tojeiro, de Teixidelo, confía en que la mala racha se rompa la semana que viene, «ao mellor un par de días, pero queda moito aínda e a previsión meteorolóxica pode fallar». Las cifras reflejan el impacto del parón forzoso de los percebeiros desde la Navidad. En la rula de Cedeira, la facturación por la venta de este crustáceo ascendió a 72.332 euros en el primer mes y medio de 2017, y en el mismo período de este año ha caído hasta los 22.969. El descenso ha sido similar en la lonja de Cariño, que pasó de 13.199 euros, del 1 de enero al 15 de febrero de 2017, a 4.412 en lo que va de año.

«Se está trabajando muchos menos días que el año pasado, pero no solo en el percebe, para el cerco también está siendo un invierno muy duro, sobre todo por culpa del viento», señala Pardo Galdo. En el puerto de Cariño las menos perjudicadas son la decena de lanchas de bajura que trabajan con artes como «la volantilla, los miños y el anzuelo, porque van por el interior de la ría y pueden salir más», explica. Las estadísticas recogidas por la plataforma tecnológica Pesca de Galicia desvelan una disminución de los ingresos de más del 29 % en la lonja de Cedeira en lo que va de ejercicio (579.023 euros) en relación con la misma franja de 2017 (817.131).

«Está siendo duro, no se puede ir mucho al mar y los días que se va para el pescado no vale; esperemos que se cumpla el dicho de que los temporales y el frío le hacen bien a la merluza, a ver si cuando el mar deje faenar tengamos buena pesca», apunta Eduardo González, armador cedeirés, propietario de dos volanteros. A 15 de febrero de 2017 ya se habían comercializado 68.355 kilos de merluza en la lonja de Cedeira, por 206.668 euros; y este año llevan 26.361 kilos, por 92.193 euros. «Desde principios de año hasta abril son los mejores meses para la merluza, hay más y se captura más, por eso te duele no poder pescar. Pero es verdad que lo normal es lo de este año y lo raro fue el pasado, porque casi no se perdieron días de mar», reconoce este empresario.

Pese a todo, las cifras globales de la rula de Cariño se han disparado desde comienzos de año, con ventas por 265.987 euros, frente a los 17.435 de comienzos de 2017. Este crecimiento responde a la venta de merluza y al aumento de xarda pinta y boga.