Adiós a la pareja más fogosa de «Gran Hermano»: oda bíblica a los ferrolanos Vanessa y Javi

Patricia Hermida Torrente
Patricia Hermida FERROL / LA VOZ

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Vanessa y Javier, la sal y la pimienta ferrolana de este Gran Hermano
Vanessa y Javier, la sal y la pimienta ferrolana de este Gran Hermano Gran Hermano

La cantante de orquesta fue anoche la expulsada y le exigió a su marido que se marchase con ella, ante el estupor de Jorge Javier Vázquez; atrás quedan casi nueve semanas y media de amor, retozos y tiranía emocional

25 oct 2024 . Actualizado a las 22:02 h.

¿Qué tendrá el agua de Guadalix para poner a sus moradores locos de amor? El secreto lo ocultan parejas tan fogosas de Gran Hermano como Arturo e Indhira, Laura y Marcelo El Malaguita, o ahora Vanessa y Javi. Durante casi nueve semanas y media, este dúo de cantantes de orquestas dejó el pabellón ferrolano bien alto en cuestiones de alcoba. Los también residentes en Valdoviño (en Sequeiro para más señas) ofrecieron pasión, discusiones, todo el catálogo del kamasutra, los más variopintos artilugios con pilas de Cupido y al final cierta dosis de tiranía emocional. Pero todo eso pertenece ya al baúl de los recuerdos, tras la expulsión de Vanessa y la decisión (más que forzada) de Javi de irse con ella ante el estupor de Jorge Javier Vázquez. Porque ya lo decía la Biblia: «Memento, homo, quia pulvis es, et iun pulverem reverteris». O para los que suspendieron Latín: «Recuerda, hombre, que polvo eres y al polvo volverás». 

En esta oda bíblica a los ferrolanos Vanessa y Javi, la casa de GH pierde claramente con la marcha de la sal y pimienta del «edredoning», las mallas rosas compradas en Amazon y el enfrentamiento visceral con los compañeros mientras se friega cacharros. Ellos representaban como pocos el espíritu de Gran Hermano; con sexo, pullas y rock and roll. Que a esta casa no se viene a hacer la fotosíntesis sino a dar vidilla a los pobres espectadores, sentados en el sofá tras horas de estrés laboral. 

Podían ser los mejores, sobre todo él: generoso, simpático y claro ganador. Pero a Vanessa le pudo el egoísmo y tras ser arrollada por un 80 % de la audiencia le exigió a su marido que se marchase con ella. «Me gustaría que siguieses, pero no puedo porque no me encuentro bien. Te necesito a mi lado, me da mucha pena que esto se acabe para ti también, pero es que estoy mal y lo único que me va a reconfortar es estar contigo», aseguraba para causar la máxima preocupación en su pareja. Jorge Javier Vázquez, presentador de este reality de Telecinco, no daba crédito: «Te pido por favor que no seas manipuladora y dejes disfrutar a tu marido de este concurso; eso no es amor, es tiranía emocional».

De nada sirvió y el cantante de orquesta anunció que «me marcho con ella». Ahora Vanessa y Javi regresarán a Sequeiro, el mundo seguirá girando, ganará Gran Hermano cualquier sosaina. Y quizás dentro de unos años el entrañable Javi rosmará por la oportunidad de su vida perdida. Pero así es el mundo, como decía Quevedo: «Su cuerpo dejará, no su cuidado; Serán ceniza, mas tendrá sentido; Polvo serán, mas polvo enamorado».