Un trabajo de gigantes

Antía Urgorri Serantes
Antía Urgorri EL ACUARIO

FERROL

29 ago 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Faltan solo dos días para que termine agosto, realmente el primer mes del verano gallego (julio fue una especie de otoño) y el segundo estío de la pandemia. Un tiempo de vacaciones en el que los equipos de vacunación del área sanitaria de Ferrol no han parado de trabajar, encadenando jornadas maratonianas en las que han pasado por el recinto de punta Arnela miles de personas para ponerse la dosis contra el covid.

Todo este inmenso trabajo ha permitido llegar a finales de agosto con un total de 284.581 primeras y segundas dosis administradas. Y con un total de 140.164 personas con la pauta completa. Se estima que la población para vacunar asciende a 187.859 personas, es decir, solo quedan 47.695 vecinos esperando para pasarse por FIMO. Suponen el 25,4 % de la población de la zona, ya que el 74,6 % tiene los dos pinchazos, es decir, 7,6 de cada 10 personas.

La semana que viene se da un salto importante en la forma de convocar a los que quedan por vacunarse, ya que se abre la autocita especialmente para los jóvenes que todavía no han recibido el primer pinchazo. También acudirán a FIMO los veinteañeros que tienen que completar la pauta. Y se seguirá insistiendo a aquellos que, por los motivos que sean, no han acudido a vacunarse.

Solo han pasado cuatro o cinco meses entre una imagen y otra. Entre aquella que les contaba en esta misma página allá por el mes de abril cuando desde el coche observaba emocionada a mayores de 60 y 70 años esperando en la cola de FIMO con la mayor de las ilusiones por recibir la vacuna y por poder volver a vivir con cierta tranquilidad. Meses después, desde la misma ventanilla de mi coche he visto a niños de 12 o 13 años, acompañados de sus padres, nerviosos, esperando en la misma cola de FIMO, en la que poco tiempo atrás estaban sus abuelos.

No ha sido un verano fácil. La quinta ola ha venido a recordarnos que el virus no piensa irse tan fácilmente, y que nos guste o no, ha venido para quedarse. Pero nuestra forma de enfrentarnos a él sí ha sido diferente. Ahora sabemos cómo ser precavidos, aunque habrá gente que no quiera serlo, cómo actuar en caso de síntomas, a dónde llamar, dónde comprar un test de antígenos e incluso sabemos cómo hacerlo en casa. También sabemos cómo será el regreso al colegio. Esta ya es nuestra normalidad.