Pedro Navarro lleva tres años como instructor de surf en la escuela Pantín Surf Camp. Recaló en la playa valdoviñesa después de trabajar un año en Australia también enseñando el deporte. «Me quedo con las playas de la comarca. No sabemos la costa que tenemos aquí», valora. Ahora afronta la temporada de invierno como profesor de adultos y adolescentes. «Tenemos entre seis y ocho clientes en el grupo de tecnificación y catorce adultos», indica. Cuenta con grupos de varios niveles. «Tenemos unos chicos que hicieron surf durante varios veranos y este han decidido mantener la práctica de forma continuada; y hay gente que es debutante, que se apuntó al acabar el verano y llevan tres clases», detalla. Ahora en invierno copan las clases vecinos de la provincia. «El cliente de la escuela de invierno es totalmente gente local. Tanto chicos y adolescentes que lo hacen como actividad extraescolar como adultos que se proponen descubrir este deporte. Es gente de Cedeira, Ferrol y Narón, sobre todo», describe. Explica que cada vez este deporte está más abierto. «Muchos de los alumnos debutantes que tenemos pasan la cuarentena con creces y estamos teniendo cada vez más familias, padres que en lugar de quedarse en la arena pasando frío mientras los chicos hacen surf se animan a participar», señala. Anima a todo aquel que dude a que lo pruebe. Solo hace falta ser una persona mínimamente activa, saber nadar y tener ganas. «Mi objetivo no es que se vayan a poner de pie en una tabla, porque eso depende de que tengan una forma física que no todo el mundo tiene. Sino que se lo pasen súper bien, que se rían de los revolcones que se van a dar y que aprendan nociones de seguridad en el mar», recalca. Y destaca que para momentos de pandemia es un deporte individual con mucha seguridad.