Y el lobo llegó

Pepe Varela FAÍSCAS

FERROL

29 dic 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Prisa. Mucha prisa. Ahora todo son empujones. Lo que se sabía, ya es oficial: Endesa anuncia el cierre de su central de As Pontes. Y ahora, todos a correr como pollos descabezados en un sálvese quien pueda vergonzoso. En esta ocasión, las diferencias entre socialistas y populares no pasarán de pellizcos de monja: todos tienen responsabilidades análogas. Aunque en una economía de enclave de las de manual como la generada en la villa pontesa el final, llegue este más tarde o más temprano, está descrito con precisión por la experiencia y la ciencia y la economía, los Gobiernos miraron para otro lado. Primero, mientras fue empresa pública con beneficios, aprovechando el tirón, más tarde, cuando fue privatizada, allanando el laissez faire, desentendiéndose -al margen de gestos retóricos- del futuro de la comarca. Ahora todos están muy preocupados por el porvenir de varios millares de familias. Ahora. Pero este final y la congoja que genera, ¿eran inevitables? Para unos partidos políticos miopes, y tal vez para una sociedad que les da su confianza y asume, así, parte de la responsabilidad, la respuesta es afirmativa. No obstante, otras políticas son posibles y ya están en práctica. Cuando los noruegos hallaron petróleo en sus aguas jurisdiccionales -¡y sin ser comunistas, qué miedo!- ni se les ocurrió bajar los impuestos -ay, si fuera en España-: crearon el mayor fondo público de pensiones del mundo con los beneficios del crudo. Aquí, los beneficios de las eléctricas, lo más parecido a los corsarios de hoy, sirven para enriquecer a los propietarios de las patentes de corso, digo de las concesiones administrativas para explotar recursos públicos. Así nos va.