Otras fotos

Ramón Loureiro Calvo
Ramón Loureiro CAFÉ SOLO

FERROL

24 ago 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Amenudo me pregunto dónde habrán ido a parar las fotos que no se tomaron nunca. Las imágenes que, aunque jamás llegaron a existir físicamente, sí han quedado grabadas para siempre dentro de nuestros ojos y en nuestro corazón, dibujando en la eternidad fragmentos de la vida que, a Dios gracias, se resisten a borrarse. ¿Que por qué no hicimos esas fotos...? Bueno, no creo que existiese una única razón. A menudo fue, simplemente, porque no teníamos una cámara con nosotros (hoy parece que los teléfonos móviles con cámara fotográfica incorporada son tan viejos como el mundo, aunque eso no es precisamente así). Pero otras veces lo que sucedió, simplemente, fue que, aunque llevásemos una pequeña cámara en el bolsillo, cargada con un rollo de película en color comprada en cualquier parte, en ese instante no se nos ocurrió utilizarla. Que tampoco pasa nada, ¿eh?. Lo que de verdad importa es vivir, lo sustantivo es la mirada. Aun así, hoy daría casi cualquier cosa por haber fotografiado a Carlos Casares, en los Encuentros de Verines, en el Mirador de La Franca, frente a la playa, rodeado de escritores de todo el país que lo escuchaban hablar, admirados, en las tertulias nocturnas que se prolongaban hasta la madrugada. También me habría gustado tener fotos de Sebastiao Salgado hablando de Euclides da Cunha, de Antonio Conselheiro y de los barcos que al llegar al mar forman parte para siempre de la vida de quienes los construyeron. No sé por qué no fotografié a Koldo Chamorro en la casa en la que nací, mientras veía salir el pan del horno. Y aunque yo era aún muy niño cuando ella murió, me habría gustado tener una foto, hecha por mí, de mi madre.