No habrá paz

Marta Seijas TRIBUNA

FERROL

28 mar 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

TCada vez tengo más claro que el mundo está loco y parece tener que resumirse en el título de aquella película de Enrique Urbizu «No habrá paz para los malvados».

Y es que lo acontecido en Godella la semana pasada nos hace darnos de bruces con lo más misero de la condición humana, el asesinato de tus propios hijos.

Habían decidido vivir en un descampado, en una casa okupa, allí, entre hierbas, un caserón casi derruido, donde lucía en letras grandes «Vais a morir todos», cabezas de animales muertos, basura... un lugar insalubre, despojado de cualquier comodidad y poco idóneo para criar a dos niños.

Según la abuela, su hija y su pareja estaban «poseídos», y de poco sirvieron las múltiples ocasiones en que dieron cuenta de la situación a las autoridades, pero parece ser que para los Servicios Sociales municipales todo estaba bien… Dudo que alguien con dos dedos de frente pueda afirmar que el entorno es el apropiado para criar a dos niños, si además a ello le sumamos que existían enfermedades mentales y de conducta, que eran consumidores de sustancias estupefacientes, seguían las teorías conspiratorias de los Illuminati -peligrosa secta que tiene por objetivo instaurar el llamado Nuevo Orden Mundial-, no tenían ingresos y repudiaban la autoridad y el orden establecido, el cóctel molotov era patente, pero las peticiones de auxilio y amparo de esa abuela no tuvieron respuesta por parte de Administración Pública… sin lugar a dudas algo falló dentro del protocolo establecido, dejando a estos niños totalmente desamparados. La mujer cumplía condena a raíz de ser detenida en la concentración del 15-M de Valencia donde propinó puñetazos y lanzó botellas en una carga policial. Pero hizo gala de eso, para ella fue un premio, su forma de actuar reforzaba su activismo y así lo reflejó en sus redes sociales, donde se jactaba de enfrentarse a la Policía, ser partidaria del régimen de Maduro, amante de los animales, ecologista y abanderada de los derechos sociales.

Tras tantos fallos aberrantes y la muerte de estos dos niños, yo que soy madre y creyente prefiero pensar que hoy hay dos ángeles más en el cielo tras haber pasado por el infierno en la tierra. Para esos padres malvados es imposible que nunca exista la paz.