Tras las vacaciones de Semana Santa, Navantia se enfrentará a unas jornadas cruciales. Primero, la presentación del proyecto de Presupuestos Generales del Estado para este año será una buena ocasión de evaluar el compromiso del Gobierno con uno de los proyectos que es determinante para la viabilidad futura de la compañía: las fragatas F-110. Hace solo unos días que la presidenta de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), Pilar Platero, anunció que las cuentas contarían con una partida importante para este programa, que despejará diez años de trabajo para el astillero ferrolano. La empresa pública que dirige Esteban García Vilasánchez fía buena parte de su plan estratégico a la concreción de este pedido.
Otro de los encargos cruciales para la empresa es el pendiente de materializar con la Armada de Arabia Saudí para la construcción de cinco corbetas. Platero también dijo que pronto habría buenas noticias con respecto a esta obra y algunas fuentes del sector apuntan a que en torno a mediados de abril podría producirse al fin la materialización de este contrato.
Con este escenario, tanto los responsables de la SEPI como de Navantia afrontarían la negociación pendiente con los sindicatos del plan estratégico para el período 2018-202. Son las conversaciones más decisivas, ya que están ligadas al empleo.