La tensión se eleva en el naval tras denunciar Navantia el bloqueo al trabajo

Beatriz García Couce
Beatriz Couce FERROL

FERROL

CESAR TOIMIL

Los empleados de las firmas auxiliares piden a la plantilla directa que se posicione a su lado si hay intervención policial

07 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La huelga de las plantillas de las compañías auxiliares de Navantia dejó por segundo día consecutivo los astilleros de la ría paralizados, al impedir los piquetes informativos que tanto el personal directo como el de subcontratas accediesen al interior de las plantas. El anuncio, a primera hora de la mañana, de que la dirección de la empresa pública había presentado una denuncia en la policía por el bloqueo a la actividad en sus centros, disparó la tensión entre los trabajadores. Desde ese momento, las cábalas sobre una posible intervención policial para desalojar a los concentrados ante las puertas tanto en la antigua Astano como Bazán que pueda producirse en los próximos días no dejaron de producirse. El termómetro de la tensión se eleva, mientras el cruce de declaraciones y contrarréplicas de los sindicatos continúa entre la CIG, que convoca el paro en solitario, y CC.OO., UGT y MAS, que no secundan la medida e integran la mesa de negociación con los empresarios para la inclusión en el convenio provincial de los acuerdos sectoriales firmados en el 2001 y que reclaman los empleados auxiliares.

A las cuatro de la tarde, varios centenares de operarios de subcontratas se reunieron ante el astillero ferrolano para explicar los motivos de su protesta. «É unha loita de todos os traballadores, pero non só de empresas incumplidoras, xa que este mercado é moi volátil e tes que cambiar moito de empresa», afirmó Miguel Soto, delegado del comité de Electrorayma, quien insistió en que «o que reclamamos é unhas condicións dignas para todos». También hizo alusión a una posible intervención policial para poner fin al bloqueo. «Quería pedirlle a toda esa xente» -en relación a la plantilla principal- «que se acorde de todas esas veces que nos parou a nós e esté aquí por moito uniformado que haxa», reclamó. En la concentración también se encontraban afiliados de otros sindicatos. Un operario de UGT afirmó estar en contra de la negociación abierta con los empresarios porque sostiene que su central no convocó a los afiliados para someter a votación esa decisión.

Pese a las llamadas continuas a sumarse a una y otra postura, la división sindical continúa. Mon Afonzo, de la Federación de Industria de la CIG, afirmó que no pidieron el apoyo explícito de la plantilla de Navantia al paro tras manifestarse en contra la mayoría de las centrales que conforman el comité. «O importante é o apoio dos traballadores, sobre todo si Navantia decide recurrir á violencia», añadió y también mostró el preacuerdo del convenio para negar que haya una cláusula que obligue a la inclusión de los acuerdos del 2001. Vicente Vidal, también de la CIG, volvió a pedir al resto de centrales que se sumen al paro, que calificó de «éxito total».

Por la mañana, portavoces de CC.OO., UGT y MAS comparecieron públicamente para reiterar su rechazo a la medida y la defensa del preacuerdo del convenio, una de cuyas consecuencias es la apertura de la mesa con los empresarios. Víctor Ledo, de la Federación de Industria de CC.OO. manifestó su malestar por el hecho de que se esté tildando de «esquiroles» a los delegados y puso en valor el respeto que se está teniendo con la medida y con los piquetes informativos. Recordó que la primera reunión que se mantuvo con empresarios para abordar la aplicación de los acuerdos, en la que también participó la CIG, se dio el pasado junio y aseguró que es la propia central la que declinó acudir al encuentro de esta semana en la mesa. «Que no se dé por sentado que vamos a renunciar a nada porque es falso», afirmó Ledo. Juan Novo, de MAS, realizó un llamamiento a la CIG a que se incorpore al diálogo, mientras que Javier Villar, de UGT, reiteró que la vocación de esa comisión es actualizar y mejorar esos acuerdos laborales.

Por otro lado, En Marea se sumó al BNG en apoyo de la reivindicación de la plantilla auxiliar.

La empresa pública dice que ya ha perdido una obra en Carenas

Además de denunciar el bloqueo a la actividad en la policía y advertir a su plantilla de que le descontará de su sueldo los días que no acudan a trabajar, Navantia advirtió ayer de las consecuencias que ya está teniendo el paro para el negocio de Reparaciones. En concreto, afirmó que ya había tenido que rechazar una obra puesto que se trataba de una reparación urgente en un buque que no se pudo atender.

La firma insiste en que la situación de inactividad total amenaza la obra que se está llevando a cabo en un buque gasero, que tiene 40 días de estancia en la antigua Bazán, con una gran carga de trabajo y repercusión sobre el empleo. «Navantia no va a faltar al compromiso con sus clientes, y si se viera obligada, buscaría darles alternativas para cumplir con dichos compromisos», aseguró, y recordó que el negocio de Reparaciones genera una media de mil empleos en la ría y es un sector en el que es indispensable cumplir los plazos.