El tren a Caneliñas, sin chapuzas

Andrés Vellón Graña
Andrés Vellón LA GÁRGOLA

FERROL

13 nov 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El ferrocarril se acerca al fin a Caneliñas. La Autoridad Portuaria estudia las propuestas económicas y técnicas que se han presentado -y que no han sido pocas- para adjudicar antes de que concluya este ejercicio una obra tan demandada que ya se pedía cuando la rada carecía de carretera. Porque hay que recordar que los muelles exteriores se hicieron como una casa que se empieza por el tejado. A saber. Se acometió la obra de la primera fase y esta empezó a operar sin una carretera adecuada para el tránsito pesado. Ni tan siquiera adecuada para un utilitario. Se circulaba, más o menos, por corredoiras. Una chapuza con letras mayúsculas. Como es una chapuza con letras mayúsculas que, a estas alturas, cuando estamos cerrando el 2016, todavía se siga sin convoy. Ningún puerto se puede considerar moderno ni totalmente operativo mientras no disponga de intermodalidad marítimo-terrestre. Sin que pueda dar entrada y salida a mercancías tanto por mar como por carretera y ferrocarril. Eso es lo que hay. Y eso es lo que, hasta ahora, aquí no tenemos. Que se adjudiquen los trabajos y que puedan comenzar durante el próximo ejercicio ha de ser saludado como una buena noticia. Se trata de una infraestructura clave. Pero ojo, que una vez que arranquen las máquinas habrá cuatro largos años por delante para que se acabe la obra. Y es mucho túnel a taladrar bajo los montes de Brión. Que se empiece de una vez. Pero bien. Cuidado con esas rebajas presupuestarias. Sin chapuzas, por favor.