Sentidiño

JOSÉ PICADO FERROL

FERROL

09 oct 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Esto de hacer las cosas con sentidiño es propio de Galicia, de los gallegos. Digamos que tenemos la marca registrada del sentidiño y en ningún lugar como aquí saben aplicarlo. Es más, yo creo que nuestros compatriotas no son capaces de explicar lo que queremos decir. Porque el sentidiño no es tener sentido a poquitos, ni sentido en pequeñito; no es ser un poco prudente, ni ser tranquilo a ratos. Tampoco puede explicarse el sentidiño con las definiciones propias del sentido común, aquellas que dicen que es la facultad para orientarse en la vida o la facultad para juzgar razonablemente las cosas. No lo definen completamente los conceptos de templanza, sensatez o buen juicio. Y sin embargo, el sentidiño gallego tiene un poco de todas esas cosas más otro poco de ir a modiño.

A ver, ya entiendo que es difícil de explicar por lo que lo mejor es recurrir a un ejemplo. Ustedes se acordarán de Arsenio Iglesias y del superdepor. Pues eso, Arsenio les decía a los futbolistas, especialmente a los defensas, que había que jugar con sentidiño? Y los éxitos vinieron uno detrás de otro.

Alberto Núñez Feijoo quiere enfrentar su tercer mandato como presidente de la Xunta aplicando el sentidiño. El resultado electoral fue claro y Feijoo gobernará en solitario después de ganar las múltiples elecciones que se celebraron, el mismo día 25, en Galicia. Aquí hubo una votación para elegir a los representantes de los partidos políticos al Parlamento. Esto, la verdad, no tuvo mayor interés; se sabía de antemano cual sería el resultado. Pero hubo también unas elecciones presidenciales, a las que sólo se presentó Feijoo y, lógicamente, se fabricó un contrincante electoral. En esta contienda Feijoo le ganó al PP, le ganó a Rajoy y le ganó al logotipo de la gaviota. Introdujo el mapa de Galicia en su apellido, limpió el cartel de imágenes partidistas y lo llenó con un Galicia Sí. Los demás partidos siguieron a lo suyo y perdieron, todos. Ahora el PSdG y el PSOE están buscando la socialdemocracia y el sentido común en sus gestoras. El partido Podemos está enfrascado en sus corrientes pablistas contra errejonistas con el resto de confluencias de espectadores. Ciudadanos en Galicia ni está ni se le espera y el BNG asume su papel residual después de múltiples escisiones.

Del sentidiño aplicado a la política municipal no les puedo contar mucho. No hay experiencias dignas de reseñar, al menos en la ciudad departamental. Un sentidiño que tendría que llevar implícita la capacidad de dialogar, negociar, ceder, entenderse, dejar de lado el interés partidista, gobernar en favor del interés general y trabajar por una ciudad sostenible con más oportunidades y mayor calidad de vida para sus vecinos. Lo dicho, no hay precedentes.