Canberra se bautiza en Ferrol

Beatriz García Couce
beatriz couce FERROL / LA VOZ

FERROL

El primer buque australiano se botará el jueves con dos meses de adelanto

14 feb 2011 . Actualizado a las 13:14 h.

Es un enjambre de andamios, cables y trabajadores. En el interior del Canberra, el primer megabuque anfibio que construye Navantia para la Marina de Australia, la actividad es incesante cuando restan cuatro días para su bautismo de mar, una ceremonia que estará presidida por la máxima autoridad de la Armada de las Antípodas, el almirante Russ Crane. Sin embargo, el astillero no solo llega con los deberes hechos a la ceremonia, sino que la ha adelantado dos meses con respecto al programa inicial, lo que en este tipo de programas navales es todo un hito.

El buque, basado en el Juan Carlos I español, lleva ya varios días listo para su botadura, y luce pintado en la grada de mayor tamaño de la factoría ferrolana. A bordo, alrededor de 700 operarios de la plantilla directa de Navantia y de una treintena de empresas auxiliares se afanan en llevar a cabo los últimos trabajos previos al lanzamiento al mar del gigantesco barco, cuya longitud es superior a la de dos campos de fútbol. Según explica Jorge López Novo, jefe del programa, la tarea consiste principalmente en estos momentos en trabajos de electricidad, de acomodación y de puesta a punto de equipos. Una infantería de hombres, mayoritariamente, aunque también hay operarias, de buzos de colores oscuros desarrollan su actividad en los centenares de vericuetos en los que se distribuye el Canberra.

Al igual que su antecesor, el primer barco anfibio australiano tiene unas dimensiones superlativas, con 230 metros de eslora (largo) y 32 de manga. Está dividido en casi 1.300 locales, distribuidos de forma similar al español, aunque este barco está, como no podía ser de otro modo, australianizado, o lo que es lo mismo, adaptado a las necesidades y a la cultura de sus futuros moradores, los militares australianos, aunque contará, como el Juan Carlos I, con similares capacidades de transporte de material y tropas, de lanchas y helicópteros y con dependencias para el recreo de la dotación.

El barco está formado por 17.000 toneladas de acero y llevará incorporado 800.000 metros cuadrados de cable. Está diseñado para realizar cuatro tipo de misiones: transporte, desembarco y apoyo en tierra de la Infantería de Marina, la de proyección y empleo de fuerzas, la de servir como portaviones y la del desarrollo de operaciones no bélicas como las de ayuda humanitaria en catástrofes o las de evacuación de personal civil en zonas de crisis.

Pero pese a que las comparaciones son inevitables, el programa de los anfibios australianos presentan la peculiaridad de que está ejecutado conjuntamente por Navantia, que realiza el 80% de los barcos, y BAE Systems -el adjudicatario del contrato- que completará la superestructura -es decir, la parte superior de los navíos, en la que va colocado el puente de mando y los equipos del sistema de combate- en su astillero de Melbourne.

Transporte especial

El buque tiene que estar listo en el verano del 2012, ya que será transportado en una plataforma especial para la citada factoría. De ahí que sea tan importante el avance de los plazos que está llevando a cabo la factoría ferrolana. «Vamos con adelanto por la experiencia que tenemos del Juan Carlos I, nuestro barco de referencia», explica López Novo, que se muestra satisfecho del desarrollo de la obra.

Un día después de la botadura del Canberra, Navantia colocará la quilla del buque gemelo, el Adelaida, que comenzará a crecer en la grada. En estos momentos, las factorías de Fene y Ferrol tienen en diferentes fases de fabricación 60 bloques. Colaborando en el desarrollo de la obra se encuentra en Ferrol un equipo de 18 personas de BAE -que subraya la importancia del hito de la botadura del Canberra por cuanto supone la transición de la fabricación a la fase de realización de pruebas- y de la Marina australiana.

El acto de puesta de quilla del Adelaida también se ha adelantado dos meses con respecto a las previsiones iniciales. «Estamos muy satisfechos porque aunque no nos olvidamos de que es un gran reto, este programa nos coloca en una posición muy importante en el mercado mundial», dijo López Novo.