«La parcelaria de los montes sería un gran avance»

F. V.

FERROL

21 jul 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

José Sampayo López, 76 años, agente forestal jubilado en Ortigueira, recibió recientemente la medalla de oro de la Asociación Forestal de Galicia (AFG) en reconocimiento a su tarea tanto de funcionario público como su activismo forestal. Los propietarios de montes donde trabajaba lo conocían como o «o do pelo blanco», porque encaneció pronto. Era quien los informaba de ayudas públicas que, en muchas ocasiones, quedaban sin distribuir porque los destinatarios las desconocían. Originario de Xove (Lugo), había ingresado como agente cuando tenía 24 años y su primer destino fue la zona de Palencia de Picos de Europa, donde conoció a Eugenia, con la que se casaría. Pasión por el mundo forestal debe de tener porque su hijo es también agente forestal, adscrito a la Consellería de Medio Ambiente.

Pepe Sampayo vio la evolución del trabajo del agente forestal del Estado durante sus largos años y destinos en Ribeira o Melide hasta recalar en Ortigueira, donde se quedó a vivir. Fue testigo de las grandes olas de incendios de los 80 y 90.

-¿Qué cambios ha podido ver en sus largos años en el servicio forestal de la Administración al que ha prestado tanto tantos servicios?

-Claro que ha cambiado mucho. Recuerdo que en alguna ocasión, debido a los incendios, estuve tres noches sin dormir. Llegabas a tu casa rendido, te acostabas y vuelta a levantarte porque había otra vez fuego. Hoy el agente, tras una intervención en un incendio, tiene descanso, el descanso merecido. También han cambiado enormemente los medios. Hoy tienen motobombas, cuadrillas que antes no había, medios aéreos y buenas pistas. -¿Qué falta por hacer? -Las pistas, aunque son mejores, tienen que estar siempre limpias y preparadas para cualquier intervención, lo mismo que los puntos de agua. Pero creo que la gran tarea pendiente es la concentración parcelaria de los montes, porque tanto minifundismo afecta mucho a cualquier política forestal que se quiera desarrollar. Sin embargo es cara y requiere inversión. -Habrá visto muchos incendios. ¿Cuáles son las causas? -Muchos no, muchísimos. Creo que una de las causas importantes son los descuidos o la gente de la ciudad que va al monte y enciende un fuego pensando que no va a pasar nada. -¿No hay una intencionalidad en muchos casos? -Puede haberla. Incluso se les echó la culpa a los maderistas, pero no lo creo. Por mi experiencia he podido ver que son unos perjudicados más porque muchas veces son maderistas y a la vez propietarios de montes. Y después hay otra cosa: la madera quemada no sirve para nada. Es mentira que la compren las papeleras. El maderista mira también el futuro como el propietario de los montes. -¿Qué se puede hacer con las comunidades de montes en mano común, que en su zona, en Ortigueira, son muy importantes? -A pesar de lo que se dice, yo creo que van entrando y comienzan a funcionar. A veces no aparece la persona adecuada para ponerse al frente, porque las personas también son importantes. Pero, repito, poco a poco van entrando y no hay más que ver lo bien que funcionan en el sur de Galicia. Hay que tener esperanza. -¿Qué medidas tomaría? -En cuanto a los montes particulares, pienso que no debieron abandonarse las ayudas directas a los propietarios que cuidan sus montes. Ahora la Xunta utiliza a la empresa Tragsa para acometer muchos trabajos que hasta no hace mucho recibían los dueños. Por eso ahora vas por el monte y casi no ves gente, antes sí te encontrabas a muchas personas limpiando, plantando o podando.