Aventuras en la media cilindrada

MOTOR ON

La marca austríaca KTM ha creado otro de esos productos en los que une el segmento trail y el deportivo. La 790 Adventure y su versión R destacan por un motor bicilíndrico muy picante y unas suspensiones a la altura.

14 jul 2019 . Actualizado a las 05:02 h.

Con la 1090 y la 1290, KTM tiene perfectamente cubierto el segmento maxi trail, pero le hacía falta presencia en la media cilindrada, donde reinan rivales como la Triumph Tiger 800 o la BMW F 800 R. La nueva KTM 790 Adventure se acerca más a estas que a las más básicas (por potencia y tecnología) Kawasaki Versys y Suzuki V-Strom 650. Es una moto, de entrada, con una presencia singular y diferente, cuyo diseño se apoya especialmente en un faro delantero que le da un aspecto de insecto muy agresivo y futurista. Todas las ópticas, incluyendo el piloto trasero y los intermitentes, son de led, y cuenta con una doble franja de luz diurna. El frontal está rematado por una cúpula alta que ofrece una protección aceptable del tronco y que se puede regular en altura mediante herramientas.

El asiento es de dos piezas y más estrecho en su parte delantera para facilitar el poner los dos pies en el suelo. Nos ha parecido muy duro, lo cual es bueno para los viajes largos (en contra de lo que pueda parecer, un acolchado firme acaba cansando menos), pero puede ser incómodo para los pequeños trayectos del día a día. En cualquier caso dependerá de las posaderas del piloto.

La estampa lateral revela que estamos ante una auténtica KTM, de clara inspiración deportiva aunque se trate de una moto enfocada al trail asfáltico. El escape apuntando hacia arriba y el ya tradicional basculante de fundición con costillas de refuerzo le dan un toque racing. Pero la rueda delantera de 21 pulgadas (la trasera es de 18) delata también su carácter off road y permite superar las irregularidades con mucha mayor solvencia que otros modelos de llanta más baja. A ello también ayuda un peso en seco de 189 kilos, por lo que incluso con el depósito lleno (20 litros) la 790 Adventure no supera los 210 kilos.

El motor rinde 94 caballos y al ser un bicilíndrico tiene la típica patada a bajas vueltas, además de un sonido ronco que se incrementa progresivamente cuando estrujamos el puño derecho. Es muy ágil y rápida, y en contrapartida hay que decir que no es muy elástica, obligando a bajar de marcha cuando vamos a baja velocidad si no queremos que el motor empiece a quejarse.

La parte ciclo raya a gran altura, con suspensiones firmadas por el especialista WP. La horquilla delantera no es regulable, pero separa las funciones de compresión y extensión entre cada botella y el recorrido tiene unos generosos 200 mm. El amortiguador trasero es ajustable en precarga.

Un detalle exclusivo es el amortiguador de dirección, que aumenta la estabilidad cuando se aprieta a fondo (pensando especialmente en asfalto: una prueba del carácter deportivo de esta moto).

La frenada está totalmente garantiza, con dos discos delanteros de 320 mm. mordidos por pinzas radiales de cuatro pistones (260 mm. y pinza de doble pistón en el eje trasero). Hay tres modos de conducción y se pueden desconectar el control de tracción (de un solo nivel) y el ABS. Y el embrague antirrebote es muy efectivo, impidiendo que la moto cocee cuando soltamos de golpe la maneta izquierda.

La pantalla digital de 5 pulgadas en color permite ver toda la información de golpe. La iluminación se adapta automáticamente a la luz ambiente (pasando al modo noche cuando entramos en un túnel, por ejemplo) y el cuentavueltas parpadea cuando hay que cambiar de marcha.

Disponible en dos opciones de colores (naranja y blanco), la KTM 790 Adventure cuesta 12.399 euros, mientras que la versión R sube 900 euros más. Esta última es más alta, incluye suspensiones multirregulables y el chasis va pintado en naranja. Además cuenta con neumáticos Metzeler Karoo 3 y añade un modo de conducción Rally pensado específicamente para off road (permite graduar en 9 niveles el control de tracción y la respuesta del motor). Ambas tienen un mantenimiento cada 15.000 kilómetros y numerosas opciones, entre ellas un quickshifter que permite cambiar de marcha (hacia arriba y hacia abajo) sin necesidad de embragar.