Sumérgete y dile adiós al estrés

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Santi M. Amil

El canal fleblotónico, o pasillo de marcha, con agua a 28 grados y chorros subacuáticos, se utiliza combinado con baños a 33 grados para estimular la dilatación y contracción de los vasos sanguíneos y favorecer el retorno venoso en patologías del sistema circulatorio

21 may 2017 . Actualizado a las 04:00 h.

La escapada a un balneario buscando relajación es una práctica cada vez más utilizada, pero conviene no confundir el sentimiento de bienestar que provoca el simple disfrute placentero con la aplicación terapéutica. «El estrés, es decir, la situación de tensión física o emocional, debe ser tomado en cuenta como un estado que predispone a padecer una enfermedad, por ello es importante tanto la prevención como el tratamiento del mismo», señala la doctora Lizbeth Herrera, del balneario Caldas de Partovia. La cura termal en esta instalación carballiñesa se basa en la aplicación de agentes físicos como baños, duchas, chorros, masajes y parafangos que facilitan la relajación y el descanso. «No cabe duda que tras una sesión los pacientes sienten una relajación general, incluso en algunos casos con ligera tendencia al sueño; pero para hablar de un tratamiento completo los estudios refieren que la duración ideal se encuentra entre 15 y 20 días y acompañado de medidas generales sobre dieta, ejercicio físico y normas de descanso», aclara la médica. La temperatura del agua es muy importante. Según las recomendaciones actuales no debe ser menor a 32 grados para permitir la relajación muscular, disminuir los espasmos y el dolor. «En nuestro caso las aguas se clasifican como mesotermales, puesto que están a temperatura cercana a la corporal. Además la composición predominantemente sulfurada, se caracteriza por ser estimulante y analgésica», matiza.

Sistema circulatorio

La composición química y la temperatura del agua son propiedades también aprovechadas en las enfermedades circulatorias, ya que favorecen la vasodilatación. Su combinación con masajes estimulan la circulación venosa, disminuye el edema y el dolor en los miembros inferiores. Las de Caldas de Partovia están indicadas en enfermedades arteriales que cursan con claudicación intermitente -dolor en las piernas que se desencadena con el ejercicio y mejora con el reposo- también en linfedemas y, sobretodo, en la insuficiencia venosa crónica, en varices y en secuelas de trombosis venosa profunda. Si pasar por la consulta médica es requisito para todos los usuarios que buscan tratarse en esta instalación, los que lo hacen por enfermedades del sistema circulatorio tienen que acudir con un diagnóstico. «Nosotros valoramos al paciente y recomendamos el tratamiento más adecuado según sus características, pero en el caso de que no se le haya realizado un estudio previo, se le recomendará realizar la valoración por un especialista o las pruebas complementarias según precise», aclara Lizbeth Herrera. En general, se utilizan duchas, chorros, movilización en piscina y el canal flebotónico, o pasillo de marcha. En ese pasillo de agua mineromedicinal a 28 grados hay chorros subacuáticos que proporcionan un micromasaje en pies, pantorrillas y muslos para estimular la circulación. Los diseñado para que los pacientes caminen entre 15 y 25 minutos intercalándolo con baños en piscina, donde el agua esta en torno a los 33 grados. Esa alternancia estimula la dilatación y contracción de los vasos sanguíneos, permite una mejor circulación y ayuda al retorno venoso. Se recomienda que los tratamientos sean de larga duración y se acompañen con hábitos de vida «como mantener una alimentación sana, rica en frutas y verduras; evitar el sobrepeso, disminuir el consumo de sal, ejercicio físico diario, uso de calzado cómodo, hidratar la piel tras el baño y elevar las piernas en reposo», apunta la médica.