-¿Y la presión de ser madres?
-Aquellas mujeres que no tenemos deseo de maternidad o que fluctuamos (porque el deseo es cambiante y precisa de contexto) vemos que nuestra identidad social se tambalea. Qué sucede cuando comienzas a vivir tu cuerpo y tu ciclo menstrual más allá de la definición reproductiva con la que nos han definido. Es un mundo nuevo que estamos empezando a vivir (e incluso atreviéndonos a disfrutar) fuera del armario, atravesando la inadecuación, la culpa y los cuestionamientos sobre nuestra poca valía, egoísmo y esa fama horrorosa de no tener capacidad de amar o cuidar por no ser madres.
-Tu libro tiene aspectos muy duros: malos tratos y abusos en la infancia
-En Diario de un cuerpo dejé que mi cuerpo se hiciese palabra en uno de los momentos más duros de mi vida. Necesitaba comprender, y para eso siempre he necesitado escribir. Escribir desde el cuerpo, no a pesar de este, ni por encima de este. Escribir para nombrar los fantasmas que se cuelan por las costillas. Escribir como exorcismo. Como escritora, mi intención es ofrecer mi cuerpo como espejo en el que la otra pueda verse.