¿Corres con el perro, o él contigo?

EXTRAVOZ OK

Una carrera con un perro es una imagen de vitalidad que puede aportar beneficios para estrechar lazos de unión en el tiempo de ocio, pero siempre que el ejercicio se programe en función del animal

17 jul 2016 . Actualizado a las 04:00 h.

La moda del running ha llegado también a la modalidad canicross, que supone hacer deporte acompañado de un perro, pero aunque parezca un buen método de ejercicio en común, los expertos aseguran que este tipo de entrenamientos se deben de preparar pensando en dos, no en que el animal alcance las distancias y el ritmo de personas que, en muchos casos, llevan tiempo siguiendo una disciplina exigente.

 La veterinaria Ana Julia Harfuch, de la Clínica del Sol, reconoce que si bien el ejercicio puede ser beneficioso para el animal, «tiene que ser de manera paulatina, para que se adapte y disfrute», dejando claro que es el propietario el que debe estar atento a los momentos de descanso que el perro pida. «Hay que observar al animal el día después de un esfuerzo y ver si recupera de la misma manera que lo hace el dueño», recomienda y cree necesario estar atento a las posibles lesiones, porque «las mismas que podemos tener nosotros como corredores las pueden tener ellos, ellos tienen cuatro patas que pueden torcer, sufrir esguinces, contusiones, tendinitis...».

«Desde las veterinarias estamos ofreciendo incluso información sobre qué distancias se deben correr, en qué suelos y cómo llevar al perro», comenta Harfuch, que puntualiza que los impactos contra los distintos tipos de suelo en este tipo de entrenamientos pueden agravar las patologías animales en algunas articulaciones que no estaban detectadas, por lo que estima necesario estar siempre vigilantes a la evolución del perro y ser muy observador con lo que demanda el animal en cada momento.

Reconoce que este cambio de prácticas, también ha conllevado un cambio en los tratamientos, que en estos momentos requieren incluso de la incorporación en los equipos de fisioterapeutas caninos. «Los grupos de trabajo para ejercicios como el agility demandan incluso su presencia en los entrenamientos para ver qué tipo de movimientos hace el animal y cuáles son los problemas que gesta al subir una rampa o al hacer curvas en un circuito», indica y remarca que ello ha conllevado una evolución en los tratamientos y que se impongan cuestiones como el plasma rico en plaquetas o las células madre para acelerar la recuperación de los animales.

Alimentación

Tanto Harfuch como Elena Castro, presidenta de la asociación canina Cancoruña, una entidad que promueve el Correcán, una carrera o paseo con los perros, e impulsa actividades deportivas con los animales, defienden que hay que adaptar este tipo de actividades a las características del perro y a su raza. En el caso de Cancoruña hacen públicas incluso recomendaciones para acometer la práctica deportiva con animales. En este sentido, consideran que es importante que el perro esté bien hidratado antes de la carrera, que se finalice con un paseo de 10 o 15 minutos para que enfríe y normalice su respiración y a partir de ahí administrarle el agua durante la siguiente hora. «Lo importante es que no se den atracones de agua, en cantidad o muy rápido, ni antes, ni durante, ni después del esfuerzo», explica Castro sobre unas pautas en las que es especifica también que los propietarios deben tener especial cuidado con los golpes de calor.

En cuanto a la alimentación, explica que si el perro está acostumbrado a comer por las mañanas no se debería llevar en ayunas, pero habría que dejar pasar un tiempo desde que come hasta que practica ejercicio. «Si come por las mañanas la ración completa diaria podría no dársele entera para no sobrecargar el estómago, pero sí proporcionarle en torno a un tercio de la ración unas tres horas antes del ejercicio», remarca y también que se espacie el resto de la ingesta por un tiempo similar después de la carrera.

Desde Cancoruña se restringe estas prácticas deportivas a los cachorros y a los perros de avanza edad, que entienden que no son capaces de seguir ritmos altos. También recomiendan ritmos lentos para los animales de patas cortas, para los braquicéfalos, de son los que tienen el hocico achatado y cráneo ancho y corto por su mayor dificultad al respirar, también para los corpulentos o los que presenten algún condicionante físico.

En cuanto a los requisitos para llevar al animal, establecen que se debe correr con una correa adaptada a su tamaño y características, asumir que se debe tener «paciencia» hasta que el perro aprenda a no cruzarse y seguir el ritmo que marca el corredor y estar dispuestos a pasar un período de adaptación para que el animal se acostumbre a administrar sus fuerzas.

Elena Castro también incide en que es bueno motivar al perro con palabras de animo durante la carrera e incluso premiarlo con algún pequeño alimento durante el trayecto. Asimismo, explica que es necesario que el propietario tenga un control en el cuidado del animal en estos casos, que tenga conciencia de que son dos en cuestiones como cruzar una calle o en adelantamiento a personas, teniendo en cuenta que la presencia de la correa. Si se siguen los consejos, matizan, lo que queda es «disfrutar».