El can de palleiro deja de ser la eterna cenicienta

EXTRA VOZ

angel manso

La raza conquista su trono por unos derechos que ya se reflejan en papeles acreditados por la Xunta: tiene varios siglos de historia y es una estirpe auténtica, no inventada a través de cruces, además de un perro leal

13 dic 2015 . Actualizado a las 19:59 h.

Ya no es el eterno bastardo, ni la cenicienta de las estirpes caninas. El can do palleiro puede pavonearse al lado de los golden, los labradores o de los pastores alemanes, casi con más argumentos, porque es probablemente una raza más antigua, que no acusa los problemas de los intensos cruces por motivos estéticos y que por fin está de moda, gracias al anuncio de Gadis. Los veterinarios y amantes de este perro que llevan desde los años 90 luchando para recuperar esta raza están contentos con la promoción, pero recuerdan que aún queda un largo camino por recorrer, porque para empezar el can de palleiro está en peligro de extinción y así figura en un catálogo de especies elaborado en el 2001.

Sin embargo, ha conseguido son unos ansiados papeles que le han permitido entrar en otro catálogo que recoge todas las razas españolas y el 26 de abril del 2001 se publicó en el BOE su declaración como tal. La pasada primavera nació una camada con el pedigrí más excelente en Narón y ya entonces esos cachorros ya se cotizaban a más de 400 euros. Todavía no eran famosos por el anuncio de la tele, pero el Club Can de Palleiro ya recibía peticiones de interesados en tener al auténtico pastor gallego desde países de toda Europa. Hasta en Brasil hay personas en busca de una especie que destaca por su potencia física, pero también por su inteligencia y su naturaleza fiel. «El can de palleiro no es una raza artificial generada a partir del cruce con otras razas ya existentes, como muchas de las que se crearon en el siglo pasado. Eso sí, fue necesario definirla en base a las características de los individuos estudiados, que se fueron seleccionando los mejores ejemplares por su funcionalidad y morfología, para cruzarlos de acuerdo con criterios de pureza racial, rechazando y eliminando las influencias de otras razas para recuperar y consolidar esta joya del patrimonio natural», cuentan los investigadores del animal.

El problema es que la fama también está generando falsificaciones, por eso el vicepresidente de la asociación denuncia que hay gente trata de aprovechar el tirón y está intentando colar en el mercado palleiros que realmente no lo son. Es muy fácil desenmascararlos: «Solo la Xunta puede acreditar los papeles de esta raza a través de nuestra asociación, que está reconocida como única entidad colaboradora desde el 2004», precisa el responsable de una entidad que una tiene página de Facebook desde la que atiende todas las preguntas y solicitudes.

Los que quieran un pastor de pura raza gallega solo tienen que solicitarlo al club no sin antes informarse bien de si se trata de un perro adaptado a sus necesidades. El interesado cubre una solicitud, especificando las características del perro que desea (edad, capa o sexo) y cuando un criador comunica la disponibilidad de cachorros, el club comprueba que la documentación está correcta y los pone en contacto. Eso sí, la asociación nunca interviene en las condiciones económicas entre particulares.

Son perros de compañía perfectos, unos peluches blancos adorables cuando son unos cachorros, pero que necesitan mucho ejercicio, salir a correr o jugar si no se tiene algo similar al trabajo al que durante siglos estaban encomendados: cuidar del ganado y de la casa.

«Recuperar, no inventar»

Juan Carlos Puente explica que durante siglos los pastores los iban adiestrando, cruzando y seleccionando en función de lo ágiles y leales que eran, algo que los convierte en perros muy puros y especiales. Los criadores no los han cruzado para conseguir un determinado color de pelo, como en otras razas y eso juega a favor del can de palleiro, al que, sin embargo, muchas personas sigue considerando un perro fruto del azar. «Se trata de recuperar una raza, no de inventarla», eso tenemos que dejarlo claro, porque para eso se están haciendo controles muy rigurosos, tanto que gracias a los laboratorios de genética Fontao en unos meses se realizarán incluso controles de paternidad para que no exista duda alguna con respecto a la pureza», precisa Puente.

Es probable que el can de palleiro sea tan antiguo como el pastor alemán y date del XIX, aunque los expertos tienen claro es que conserva una gran herencia del lobo y que probablemente los primeros canes comenzaron a vivir cerca de los poblados por su docilidad.

El primer perro gallego del que se tiene constancia se llama Ulgario (un nombre que era algo así como pulgoso) pero no fue un pastor sino un perro de caza mayor. Un documento del siglo XI asegura que fue un regalo entre nobles y al que se le dio un valor muy importante. Probablemente fue alguna de las otras razas gallegas (el guicho o quisquelo, el podenco galaico y el perdigueiro) que también se trabaja por dignificar.

Por ahora esta labor es solo por amor a que no se pierda la mirada de estos pastores blancos, porque no hay ayudas. Al no tener la consideración de raza productiva ?actualmente en España ninguna raza canina está reconocida o considerada como raza ganadera?, así que ni el can de palleiro ni el club que gestiona los pedigrís reciben subvención alguna. No obstante, se cuenta con la supervisión por parte de la administración y las ganas de los propietarios que están encantados con su can. La mayoría cuidan ganado, pero también han demostrado su valía como acompañantes de personas con problemas de movilidad.

¿Emigrantes?

La siguiente línea de investigación puede ser reconocer a los canes de palleiro emigrantes, ya que hay estudios que aseguran que tienen parientes en Canarias y en todos los lugares a los que llegaron gallegos como emigrantes. Un dato que puede ser un gran argumento para la continuación del anuncio de Gadis.