Isabel Pantoja y Julián Muñoz: ¿Compasión o desconfianza?

EXTRA VOZ

Entraron en la cárcel por la misma causa, fajos de billetes (en bolsas de basura) más o menos. Ahora, el delicado de salud que sufren ambos podrían liberarlos de los barrotes. Mientras la fiscalía ha recurrido  la concesión del tercer grado al exalcalde de marbella, la que fuera «viuda de España» se encuentra en un hospital privado, sin vigilancia, con una prórroga de su permiso, por problemas renales

17 ago 2015 . Actualizado a las 00:27 h.

Los expertos recuerdan que la ley debe imperar en ambos casos, y que además aquella está perfectamente establecida, más allá de los juicios paralelos que se puedan hacer en la calle o en algunos programas de televisión. «El debate sobre si se les está haciendo un favor por tratarse de personajes populares o si se trata de una estrategia para salir de la cárcel antes de tiempo debería ser sustituido por  esta pregunta: ¿No será que Julián Muñoz e Isabel Pantoja también tienen sus derechos y que, más allá de los delitos que hubieran cometido se encuentran en un momento de adversidad?».

Así lo ve Víctor Fraga Gayoso, director de programas de Instituciones Penitenciarias, quien recuerda que, en el caso de Isabel Pantoja, el artículo 155 de reglamento penitenciario recoge expresamente las causas necesarias para la prolongación de un permiso por causas de enfermedad. Incluso el hecho de que esté en el hospital sin vigilancia: «(...) no estarán sometidos, en general a control ni custodia del interno (...) para los penados clasificados en segundo grado que disfruten habitualmente de permisos ordinarios de salida».

Para Isabel Pantoja, este era su segundo permiso. En tanto que, en la situación de Julián Muñoz, el artículo 104 también deja muy claro que «en el caso de la libertad condicional anticipada por enfermedad muy grave e incurable (...) se exige el informe médico que avala el diagnóstico de la enfermedad para  poder valorarlo sin cumplir los requisitos de las tres cuartas partes cumplidas».  La fiscalía, sin embargo, cree que Muñoz «mantiene intacta» la capacidad de delinquir y que existe un «elevado riesgo de fuga».

El ministerio público considera que el estado de salud del exalcalde no tiene porqué empeorar por su estancia en la cárcel y señala que los delitos por los que fue condenado no requieren un esfuerzo físico que le impida su enfermedad. La fiscalía argumenta además que los informes médicos consideran que no se encuentra «en estado terminal» y que tiene una «aceptable» calidad de vida. A ello, el ministerio público suma que Muñoz no ha cumplido la cuarta parte de su condena ni ha abonado los más de tres millones de euros impuestos como responsabilidad civil. Muñoz ha sido condenado a penas de prisión, multa o inhabilitación en más de cincuenta sentencias firmes. 

Llegados a este punto, «y dando por hecho de que las enfermedades y los padecimientos son veraces», Víctor Fraga se pregunta: ¿Estamos hablando de derechos o de favores? ¿De adversidad o de estrategia? El que fuera director  de la cárcel de Monterroso, psicólogo de formación, cree que algunos personajes populares que, como Isabel Pantoja y Julián Muñoz, entraron en los últimos tiempos en prisión, están sometidos a un «gran desgaste mental». «Ya no es solo la que llamamos 'pena de banquillo' (el sufrimiento por la exposición pública durante el período en que deben comparecer ante los tribunales) sino también el juicio público al que tienen que enfrentarse ellos y sus familiares y allegados una vez que ya han ingresado en presidio», apunta Fraga, en cuya biografía figura una medalla por su trabajo en la reinserción y que cree que el delincuente «debe pagar por lo que ha hecho, y  las víctimas de sus delitos también cuentan, pero la humanización de las penas hace una sociedad más justa». Su opinión adquiere especial relevancia en un momento en el que, más allá de su enfermedad, la polémica ha envuelto en los últimos días a Pantoja por supuesto trato de favor de los responsables del penal y el traslado de una interna que al parecer lideró las protestas entre rejas.