La final de la Copa del Rey este sábado en Sevilla entre el Athletic Club de Bilbao y el Real Club Deportivo Mallorca mantiene al ralentí la campaña
06 abr 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Aunque el País Vasco tiene tres equipos en Primera —Athletic, Real Sociedad y Alavés— y dos en Segunda —Eibar y Amorebieta—, pocos discuten que los de San Mamés son el primer equipo de la comunidad. Vizcaya es la provincia más poblada (1.137.000 habitantes de los 2,1 del censo) y Bilbao la ciudad más grande (345.000, que casi se duplican con el área urbana). Quizá por ello, el corazón de buena parte de los electores estará a 860 kilómetros de su casa, en Sevilla, donde este sábado, a partir de las diez de la noche, está programada la final de la Copa del Rey contra un vasco de apodo, mexicano en realidad, Javier Aguirre, con más apellidos vascos que el mismísimo Pradales.
Eso explica el arranque al ralentí de una campaña donde nadie quiere meterse en temas espinosos. Los medios dedican sus portadas al balompié, y en los informativos nacionales la cita con las urnas del 21A solo aparece de refilón. De la independencia y el nuevo estatuto vasco, con su correspondiente derecho a decidir, ni rastro por ahora.
La primera promesa de Imanol Pradales (PNV) pasa por crear un millón de metros cuadrados de suelo industrial, ya se verá dónde. Y el primer reproche le llegó del pésimo estado de la sanidad vasca. Lo curioso es que lo lanzó el aspirante del PSOE, Eneko Andueza, intentando olvidar que su partido forma parte de la coalición que gobierna el País Vasco desde el 2016.
El PP aprovecha la veteranía de un ex diputado general de Álava, Javier de Andrés, para apelar a la experiencia de gestión como baza para captar a los nacionalistas de derechas desencantados con las concesiones al populismo impositivo de Pedro Sánchez.
Bildu apenas recibe reproches por su pasado y Arnaldo Otegi, de Mondragón y realista (de la Real Sociedad), tutela los pasos de Pello Otxandiano, de su mismo pueblo, asumiendo en primera persona el desgaste de medidas como la proposición de una casa y un empleo para los más de cien etarras con delitos de sangre que aún cumplen condena en las cárceles vascas.
Volviendo a Sevilla, el Athletic siempre ha sido considerado como uno de los jardines del PNV, con numerosos afiliados del partido al frente del mayor club del País Vasco. Eso cambió en las últimas elecciones, cuando Jon Uriarte derrotó a la lista del PNV y el resto de poderes fácticos de Vizcaya. Dicen que si el Athletic gana la final de la Copa del Rey, no solo saldrá la gabarra a celebrar por Nervión. En Sabin Etxea (sede del PNV) creen que sería el verdadero chupinazo de la campaña y la mejor manera de frenar a Bildu el 21A.