Sánchez cede y prepara la reforma del delito de malversación como le exige ERC

Paula de las Heras MADRID / COLPISA

ESPAÑA

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tras asistir este martes al acto oficial del Día de la Constitución
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tras asistir este martes al acto oficial del Día de la Constitución Chema Moya | EFE

El Gobierno se apoya en leyes europeas para rebajar penas excepto a los corruptos

07 dic 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Ni el temor declarado de buena parte del PSOE a un castigo de su electorado ni las reticencias mostradas por parte de los aliados parlamentarios han supuesto freno alguno. El Gobierno busca ya las vías para que a la eliminación del delito de sedición del Código Penal se le añada una reforma de la malversación que evite que cargos de segundo nivel de la Administración catalana pendientes de juicio por su papel en el procés vayan a la cárcel o incluso que el líder de ERC Oriol Junqueras vea reducida o eliminada la pena de inhabilitación para cargo público que pesa sobre él hasta julio del 2031.

Fue el presidente del Gobierno quien este martes apuntó en esa dirección durante una conversación con periodistas durante la recepción ofrecida en el Congreso por el Día de la Constitución. Sánchez confirmó que espera este viernes una enmienda de ERC a la proposición de ley del PSOE y Unidas Podemos tras una negociación discreta y paralela a la de los Presupuestos. Y se abrió a apoyarla bajo una condición, que no implique «ningún retroceso en materia de regeneración democrática» y que, por lo tanto, no tenga como consecuencia una rebaja de penas para casos de «corrupción política».

Esa es una cuestión que preocupa a los socialistas y que no todos ven tan fácil. Algunos apelan a la experiencia de la ley del «solo el sí es sí» para advertir de posibles efectos indeseados de un cambio del Código Penal. Es cierto que cuando en el 2015 el PP endureció la ley para agrupar bajo un mismo epígrafe, el de la malversación, la apropiación indebida y la administración desleal (que no implica ánimo de lucro propio o de terceros) los socialistas ya presentaron una enmienda que distinguía el castigo adjudicable a uno y otro comportamiento. Pero ahora hay temor a adentrarse en ese terreno. 

En otros países

El jefe del Ejecutivo esgrimió que en el «derecho comparado» hay fórmulas que van en el sentido demandado por sus socios de legislatura. Fuentes del Ministerio de Presidencia apuntan a los códigos penales de Francia, Italia y Portugal. En este caso, al contrario que en la sedición, no se apela al caso alemán que inspiró la modificación de la malversación llevada a cabo por los populares, dentro de una reforma más amplia, la que introdujo la polémica prisión permanente revisable.

A la espera del texto que presente ERC, en el Gobierno plantean la siguiente hipótesis: «Pensemos en un alcalde que recibe fondos europeos para digitalizar su ayuntamiento y destina esos recursos a pagar nóminas porque su consistorio no tiene dinero. Eso no sería corrupción. ¿Tiene sentido penar a ese alcalde igual que a Luis Bárcenas [el extesorero del PP condenado por el caso Gürtel]?», esgrime. El ejemplo resulta, sin embargo, poco esclarecedor porque en el caso de los condenados por el procés el dinero público no se destinó a gastos ordinarios no presupuestados, sino a financiar un referendo ilegal. 

Griñán, excluido

En lo que también insisten fuentes gubernamentales es en que la reforma de la malversación se acotaría de tal manera que tampoco permitirá que puedan beneficiarse de ella condenados por el caso de los ERE como el expresidente andaluz José Antonio Griñán, a pesar de que el jefe del Ejecutivo ha defendido en numerosas ocasiones que su comportamiento no puede catalogarse como corrupción porque no se enriqueció.

Sánchez tiene asumido que cambiar la ley para favorecer a un político de su partido sería mal entendido. En cambio, ayer insistió en que sus gestos hacia el secesionismo catalán, del que depende para garantizarse la gobernabilidad, no solo no tendrán coste sino que será premiada en las urnas porque, dijo, «vamos definitivamente ya a abrir una nueva etapa en Cataluña, más política».