Sánchez y Aragonès deciden reunir la mesa de diálogo a final de mes en Madrid

P. de las Heras / Cristian Reino MADRID, BARCELONA / COLPISA

ESPAÑA

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el de la Generalitat. Pere Aragonès
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el de la Generalitat. Pere Aragonès Emilio Naranjo | EFE

Será una cita sin presidentes y de la que el catalán confía que salgan acuerdos para desjudicializar el «procés»

16 jul 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

El Gobierno y el Ejecutivo catalán volverán a reunir a finales de julio, diez meses después, la mesa de diálogo sobre Cataluña pactada entre los socialistas y ERC a cambio de la investidura de Pedro Sánchez en enero del 2020. La decisión fue acordada ayer por el jefe del Ejecutivo español y el de la Generalitat en el encuentro de hora y media que mantuvieron en la Moncloa para tratar de zanjar la crisis por el caso Pegasus. El espionaje a independentistas que tanta polvareda levantó ha pasado ya a un segundo plano.

En la Moncloa llevaban días dando por sentado que Esquerra está ya en otra página y, de hecho, apoyó el jueves diez de las quince resoluciones que los socialistas presentaron como colofón al debate sobre el estado de la nación. Los republicanos facilitaron la investidura de Sánchez, aprobaron los Presupuestos del 2022 y esta semana —delicada por un macropleno en el que también se dirimían el segundo decreto anticrisis, la Ley de Memoria Democrática y la renovación exprés del TC— han apoyado al Gobierno. 

Sin normalizar las relaciones

El presidente Sánchez allana así el terreno con ERC, a la que necesita para encarar el tramo final de la legislatura aunque este viernes ambas partes dijeran que no hablaron de los presupuestos para el 2023. Pere Aragonès, no obstante, se resiste a dar por normalizadas las relaciones. Estas volverán a su cauce si hay avances en la mesa, según advirtió en una comparecencia desde la delegación de la Generalitat en Madrid y no en la Moncloa.

Por parte del Gobierno, quien dio cuenta de la reunión fue la ministra de Política Territorial y portavoz. Isabel Rodríguez evitó dar muestras de un excesivo entusiasmo, pero se felicitó de que la cita transcurriera en un clima «positivo y correcto desde el punto de vista institucional».

Con todo, no dio pistas de las cuestiones que se abordarán en la mesa, que cumplirá su tercer encuentro (el segundo bajo presidencia de Aragonès) y que en esta ocasión no contará con los dos presidentes.

El jefe del Ejecutivo autonómico, en cambio, fue algo más preciso y confió —y por momentos dio por hecho— en que habrá ya «acuerdos parciales» en materia de «desjudicialización», lo que el independentismo llama la agenda contra «la represión». Espero «hechos y concreciones», presionó. Su propuesta es una ley de amnistía, que el Gobierno rechaza, por lo que puso el acento en las «causas abiertas» a los independentistas, en las que la Fiscalía y la Abogacía del Estado pueden influir. Por el contrario, Aragonès sí quiso dejar muy claro que la «carpeta Puigdemont» no estará sobre la mesa. «No negociaré su situación», zanjó.

El Gobierno negó que hablaran tanto del expresidente como de la reforma del delito de sedición. La ministra, mientras, aseguró que desde septiembre del 2021 se han mantenido muchas reuniones técnicas y se ha «actualizado la agenda del reencuentro». Según su versión, Sánchez y Aragonès hablaron ayer de la situación económica y los fondos europeos. Y se constató que en lo nuclear para el secesionismo están en «posiciones muy distintas». «La nuestra sigue siendo la defensa de la Constitución y del título VIII (el que define la organización territorial de Estado)», avisó. Aragonès replicó que la «desjudicialización» no resuelve la «raíz» del conflicto: la soberanía y la reivindicación de un referendo.

El Gobierno y Aragonès emplazaron a Junts a participar en la cita de finales de julio. Junts no acudirá salvo que se acepten integrar en la delegación miembros ajenos a la Generalitat.

«Galicia non é preferente»

Horas antes del citado encuentro, el presidente Rueda lamentó que «Galicia non é preferente». «Levo dous meses agardando», se quejó el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, en referencia a una reunión con el presidente del Gobierno. «Non sei cando a pediu o presidente da Generalitat, pero o certo é que o vai recibir e o presidente de Galicia que llo pide en nome de todos os galegos segue esperando», valoraba Rueda antes del encuentro en la Moncloa entre Sánchez y Aragonès. «Pois Galicia sigue esperando», insistió antes de pasar a la crítica: «Parece que hai preferencias que todos intuíamos para o presidente Sánchez. É unha mágoa que considere que Galicia non é preferente despois de dos meses».