BNG, EH Bildu, CUP y ERC firman un manifiesto conjunto en contra de la reforma laboral

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

Nestor Rego, portavoz del BNG en el Congreso, interviene en el acto conjunto con EH Bildu, ERC y la CUP
Nestor Rego, portavoz del BNG en el Congreso, interviene en el acto conjunto con EH Bildu, ERC y la CUP Chema Moya

Los cuatro partidos advierten al Gobierno de que votarán no si no hay una «transformación completa» del acuerdo alcanzado con la patronal y los sindicatos

27 ene 2022 . Actualizado a las 22:01 h.

Al Gobierno se le complica cada vez más la aprobación del decreto de la reforma laboral. ERC y EH Bildu, socios habituales del Ejecutivo, dieron este jueves un paso más en su desafío y suscribieron junto al BNG y la CUP un «manifiesto» que los sitúa ya nítidamente en el bloque del no, con unas exigencias casi imposibles de cumplir para Moncloa. Un documento al que no se sumó el PNV, aunque los nacionalistas vascos mantienen también la línea roja de que los convenios autonómicos prevalezcan sobre los estatales. Los firmantes del manifiesto van mucho más allá y exigen una «transformación completa» de la reforma pactada para recuperar «derechos» como la indemnización de 45 días por año trabajado, los salarios de tramitación o la vuelta de la autorización administrativa para despidos colectivos. Además, EH Bildu. BNG y la CUP exigen que la reforma se tramite como proyecto de ley, aunque ERC se muestra abierta a seguir negociando para apoyar el decreto en el Congreso. 

Pese a esa posición de máximos, el Gobierno se resiste a dar por perdido el apoyo de sus socios, aunque se abre ya a la posibilidad de que la reforma se apruebe con el respaldo de Ciudadanos y los grupos minoritarios. «Nunca me levanto de la mesa, voy a agotar la negociación», aseguró la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, que este jueves continuó su gira por Cataluña para buscar apoyos a la reforma y calificó de «reclamaciones» y no de «exigencias» las peticiones de ERC, EH Bildu, BNG y CUP. «Es posible», insistió en referencia a un acuerdo.

Tras la negativa del sector socialista a modificar el texto acordado, la propuesta de Díaz para tratar de salvar el decreto con el bloque de investidura pasa por aprobar ahora esta reforma y ofrecer cambios posteriores en el Estatuto de los Trabajadores que recojan algunas de las exigencias planteadas.

Díaz: «Queda mucho por hacer»

«Estoy segura de que queda mucho por hacer en estos dos años de legislatura», señaló la ministra tras visitar la planta de Seat en Martorell y reunirse con su presidente, Wayne Griffiths.

El ala socialista del Gobierno, sin embargo, no asume ni siquiera ese posible compromiso de cambios futuros, que en todo caso es rechazado los independentistas y por el PNV, ya que exigen que se blinde por ley la prevalencia del convenio autonómico. A la presión del Gobierno por parte de sus socios se sumó la del presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, que señaló que la reforma está ahora «en manos de los partidos políticos», pero insistió en que, si el Ejecutivo quiere su apoyo, «no se debe cambiar ninguna coma». «Si sale otro acuerdo, será otro acuerdo, aseguró.

Ignorando todas las advertencias, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, insistió en pedir «a los legisladores» que apoyen una reforma que es «buena», mientras que la vicesecretaria general del PSOE, Adriana Lastra, admitió que no pueden «excluir a nadie», en referencia a un posible acuerdo con Ciudadanos. Pero el líder del PP, Pablo Casado, se quitó de encima cualquier responsabilidad, indicando que el Gobierno no puede pedir su apoyo después de no haberle dado «vela en este entierro».