Relevada como portavoz
Isabel Celaá (Bilbao, 1949) fue reclamada por Sánchez al poco de que cuajara su moción de censura del 2018 para llevar la cartera de Educación, así como para ejercer de portavoz del Ejecutivo. Hace dos años, con la entrada de Podemos y de Pablo Iglesias en el Gobierno, fue relevada como la cara visible del Ejecutivo en los Consejos de Ministros de los martes, y en la última remodelación llevada a cabo por Sánchez este verano se quedó sin cartera tras haber impulsado la llamada ley Celaá (oficialmente, la Lomloe), la nueva ley educativa que generó cierta controversia en el apartado de las repeticiones de curso, que serán casi residuales, y que puso en pie de guerra a la educación concertada y a centros de enseñanza como las irlandesas, en los alrededores de Bilbao, en el que estudiaron sus hijas, que se convirtió en uno de los principales críticos contra la dirigente socialista. Los quebraderos de cabeza también llegaron con Religión, materia que tendrá que seguir siendo ofertada, pero que los alumnos la escogerán voluntariamente. En caso de que la rechacen, ya no habrá alternativa. Además, la nota no contará para la media.
La próxima responsable de la diplomacia entre España y la Santa Sede, que hasta la fecha sigue siendo diputada por el PSOE, fue una de las integrantes del último Gobierno que presentó una mejor salud en las declaraciones de bienes, con un patrimonio familiar sobre unos cuatro millones.