Los animales evacuados por la erupción del volcán de Cumbre Vieja también tienen un plan de acogida

Santiago Garrido Rial
Santiago Garrido LA PALMA / ENVIADO ESPECIAL

ESPAÑA

SANTIAGO GARRIDO

Los voluntarios trabajan para recibir las mascotas de quienes han tenido que dejar su casa y les buscan acogedores

29 sep 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

En El Paso, municipio en el que nace ese volcán que se expande por Los Llanos y en breve parte de Tazacorte (con cenizas en media isla y temblores sobre todo en la parte sur), también crece otra pequeña erupción de solidaridad, una de esas miles que se manifiestan por todas las islas y el país. Pero esta es más cercana a las familias afectadas, las que han perdido sus casas y las que las han dejado como precaución. Muchas de ellas, acogidas en casa de familiares, amigos y otros lugares, no tenían donde dejar a sus mascotas. Y para eso está la entidad Siacan y los voluntarios que trabajan con ellos sin parar.

En unas instalaciones desde las que se ve el cono volcánico emitiendo lava sin parar, las mascotas llegan para quedarse un tiempo e irse con quienes las quieran acoger. Es un proceso rápido, pero muy controlado, y en el que no falta nunca gente: ni quienes emplean su tiempo en atender y organizar, ni quienes llegan para llevárselos unos días a casa. Ayer por la tarde, en apenas media hora, tres parejas se acercaron para hacerse cargo de algunos animales, la mayoría perros y gatos. Y no es fácil dejarlos: a veces hay lágrimas.

Con cariño y cuidado

Nayra Pérez, licenciada en Derecho, ha aparcado un momento la preparación de unas duras oposiciones para dedicar horas y horas a garantizar que las mascotas tienen un lugar en el que estar y, mientras no llega nadie, que su estancia en este centro sea buena; comida, limpieza, paseos, juegos... Cada uno de ellos se cuida con cariño y cuidado.

Desde que empezó todo, el domingo 19 a las 15.15 horas, y por tanto comenzaron las primeras evacuaciones, no han dejado de recibir mascotas. En la gran mayoría de los casos, los propios dueños las han traído, pero también han ido a buscarlos, a veces con el apoyo de las fuerzas de seguridad, y en alguna ocasión, en condiciones de riesgo, pero no han querido dejar a ninguno abandonado. Aquel domingo fue estresante, con 60 animales recogidos. En este tiempo llevan unos 300, y ayer en las instalaciones había unos 16. Las cifras cambian con rapidez de un día a otro. Si hay dos animales de una misma casa, siempre se ceden juntos.

Explica Nayra que, además de perros y gatos, ha habido pájaros, conejos, una gallina, una tortuga, una cabra, dos hurones... Un poco de todo. Si son animales de ganadería, como alguna cabra o vaca, se derivan a otro centro. Y hay dos albergues más a los que se pueden trasladar las mascotas temporalmente cuando no hay capacidad en el de El Paso.

Una de las claves de que esto funcione, además del trabajo de tantos, es la ingente cantidad de donativos de comida para mascotas que llega y ha llegado. Otro ejemplo más de solidaridad, que es la palabra que más se escucha estos días en La Palma después de las del grupo volcánico (lava, ceniza, magma... miedo).