Sánchez y Aragonès tienen una agenda alternativa para la mesa de diálogo

Ramón Gorriarán MADRID / COLPISA

ESPAÑA

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el de la Generalitat, Pere Aragonès, en una imagen de archivo en Barcelona
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el de la Generalitat, Pere Aragonès, en una imagen de archivo en Barcelona Quique Garcia | EFE

Referendo, marco de autogobierno y foro de partidos, entre las vías a explorar

20 sep 2021 . Actualizado a las 07:26 h.

Las delegaciones del Gobierno y de la Generalitat constataron en la reunión de la mesa de diálogo que sus posiciones están muy alejadas. Pero tanto Pedro Sánchez como Pere Aragonès tienen caminos alternativos para avanzar en el proceso.

Ni amnistía (inviable) ni autodeterminación (inconstitucional y divisiva) ni agenda para la reconstrucción (insuficiente). Los dos presidentes, primero, y los cinco ministros y dos consejeros catalanes, después, se cerraron en banda ante las propuestas del otro lado de la mesa. Los acuerdos a los que llegaron la Moncloa y el Gobierno catalán, si los hubo, están cubiertos por un manto de secreto. Solo trascendió un tímido consenso sobre metodología y de calendario para tener, si es posible, citas mensuales. 

El retorno de «los exiliados»

Si no hay nada de qué hablar de los temas puestos sobre la mesa, ¿de qué van a dialogar «sin prisas, sin pausas y sin plazos»? Es la pregunta razonable que surge tras la reunión de cuatro horas largas del miércoles en el Palacio de la Generalitat. Ambas partes guardan con reserva sus planes. Aragonès enseñó algo de sus intenciones en una conversación con el diario norteamericano The New York Times, en la que dijo que pretende «explorar la posibilidad de crear legislación en España que permitiría legalizar la votación». El presidente catalán se refería, según fuentes del Palacio de la Generalitat, a una reforma de la ley del referendo o la aprobación de una nueva normativa que dé base jurídica a una consulta sobre el futuro de Cataluña. Algo similar a la ley de claridad de Canadá para las demandas secesionistas de Quebec, añaden estas mismas fuentes.

El Ejecutivo catalán también busca una fórmula legal que permita el retorno de «los exiliados», como denominan en las fuerzas nacionalistas a Puigdemont y al resto de los dirigentes fugados en el 2017 ante la apertura de procesos judiciales por el referendo ilegal del 1-O. El levantamiento de la orden de busca y captura sería la solución ideal, apuntan en Esquerra.

Para el Gobierno de Sánchez, el enfoque adecuado sería una mesa de todos los partidos catalanes que fijara una posición consensuada sobre el autogobierno, propuesta que defiende el PSC desde hace años, pero que no ha cuajado por la negativa independentista y las irreconciliables posturas en el espectro político de Cataluña. Todo está en mantillas. Solo hay «voluntad de diálogo», como se encargaron de poner de relieve Sánchez y Aragonès.