Moncloa dará «pasos decididos» con los indultos, pero pide a ERC pasar de las palabras a los hechos

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, presidió este martes la reunión del Consejo de Ministros en la Moncloa
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, presidió este martes la reunión del Consejo de Ministros en la Moncloa FERNANDO CALVO / EFE

El Gobierno equipara su negociación con los secesionistas catalanes a la Transición

09 jun 2021 . Actualizado a las 08:41 h.

El Gobierno está convencido de que la carta del líder de ERC, Oriol Junqueras, en la que aparentemente renuncia a la vía unilateral a la independencia, cambia completamente el escenario y refuerza su hoja de ruta para resolver lo que considera un conflicto político en Cataluña. Y está dispuesto a dar a cambio «pasos decididos» para abrir una nueva etapa. Un eufemismo para referirse a los indultos, que podrían llegar antes de que acabe el mes de junio. Pero Moncloa quiere ahora que el Gobierno catalán, encabezado por el republicano Pere Aragonés, pase de las palabras a los hechos. Es decir, que la carta personal de Junqueras, que considera como un «paso en la dirección correcta», según indicó la portavoz del Ejecutivo, María Jesús Montero, se traduzca en compromisos concretos asumidos por la propia Generalitat y especialmente por ERC.

El Gobierno trata de evitar la euforia ante el giro de los acontecimientos. Pero, aunque admite que cada uno puede interpretar la carta de Junqueras «como quiera», cree que ahora será posible «recuperar los puentes que se dinamitaron». Frente al escepticismo con el que la oposición ha acogido la misiva del líder republicano preso, el Gobierno ve posible «cerrar las heridas» que se abrieron precisamente cuando se produjo una «situación tremenda que no se supo manejar con acierto», en referencia al referendo ilegal del 1-O y la respuesta del Ejecutivo de Rajoy.

«Comprendemos perfectamente que haya personas que tengan reparos para perdonar o dar pasos», señaló Montero, que responsabilizó por igual a unos y a otros diciendo que hay formaciones políticas que se sienten «cómodas» en una «situación de enfrentamiento» porque eso les permite tener «expectativas de lograr un mayor número de votos». El Gobierno, y especialmente el PSOE, tratan de vencer la resistencia del PP a apreciar algún cambio tras la carta de Junqueras. Y por eso, consciente de que una mayoría de los españoles, incluida una buena parte de los votantes socialistas, rechaza los indultos a los presos del procés, pidió «confianza y ayuda a todos» para encarar una «nueva etapa» que permita «pasar página». «Todas las manos son útiles», dijo la portavoz llamando al consenso.

 Las líneas rojas del Ejecutivo

Pese al optimismo, el Gobierno no quiere dar ningún paso en falso que frustre las expectativas. Afronta la mesa de diálogo que se abrirá con la Generalitat como una larga negociación. Pero, aunque son pocos, fija ya unos límites claros. Está dispuesto a hacer concesiones, además de a indultar a los presos. Pero nunca aceptará, según Montero, un referendo de autodeterminación ni una amnistía. Moncloa es consciente de que el paso dado por Junqueras tiene también un coste político para ERC y que además los acuerdos que ha firmado con JxCat y con la CUP suponen un elemento añadido de presión.

En esa línea de facilitar las cosas a los de Junqueras haciendo ver que también el Gobierno cambia de discurso respecto al independentismo, se enmarcan afirmaciones como la de que «nadie puede sentirse orgulloso de lo que ocurrió» el 1 de octubre o de que es necesario aliviar el «dolor» que provocaron aquellos acontecimientos en Cataluña y en el resto de España. En su afán por valorar el paso dado por Junqueras, la portavoz del Gobierno equiparó el «perdón» a los independentistas y el diálogo con ellos con «la Transición», que «supo sentar a los misma mesa a dos bandos».