Los sensatos son los de la CUP

Francisco Espiñeira Fandiño
Francisco Espiñeira SIN COBERTURA

ESPAÑA

Las juventudes de la CUP, Arran, exhibieron parafernalia secesionista y prosoviética en el centro de Barcelona durante la celebración de la Diada del 2020
Las juventudes de la CUP, Arran, exhibieron parafernalia secesionista y prosoviética en el centro de Barcelona durante la celebración de la Diada del 2020 Quique García

13 may 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Sí, ha leído bien. Parece increíble, pero el guardián de la ortodoxia y el orden en Cataluña es el prototipo de partido antisistema en toda España. El mismo partido capaz de empatar una votación interna a 900 sufragios para mantener el suspense sobre el adiós a Artur Mas. El mismo partido capaz de elegir a Puigdemont como heredero de Convergencia al frente de la Generalitat. La misma formación que apoya los estados de alarma en el Congreso que restringen las libertades personales por primar la salud.

Casi noventa días después de las elecciones de san Valentín, el desamor reina entre los despechados de Junts, despojados de su condición de primera fuerza, y los republicanos, que no consiguen aparcar el monotema de la independencia para encabezar por primera vez desde el retorno de la democracia la Generalitat.

Los órdagos de las dos partes conducían al autobús de los secesionistas hacia el abismo de unas elecciones que tampoco parece que fueran a solucionar nada y que incluso podrían castigar a los separatistas con la pérdida de apoyo por su manifiesta incapacidad para ponerse de acuerdo en nada. Ha tenido que ser la CUP la que en el momento de máxima tensión siente a los de Puigdemont y a los de Aragonès para recordarles que se deben a los ciudadanos, que acumulan ya casi dos años sin Gobierno, y no a los caprichos y las venganzas personales de sus cúpulas. Solo el miedo a cargar con la culpa de la repetición electoral parece obrar a favor de la capacidad negociadora de la CUP. A esta hora, la apuesta es que habrá acuerdo en la plaza de Sant Jaume. Pero que Junts y ERC pactarán con un dedo puesto en el detonador anticoalición. Y los sensatos seguirán siendo los de la CUP. Quedan dos semanas de peleas.