Puigdemont se hace mortal

Mercedes Lodeiro LOS ASIENTOS

ESPAÑA

10 mar 2021 . Actualizado a las 08:53 h.

Como los dioses del Olimpo que todo lo podían, así se sintió Carles Puigdemont en el otoño horribilis del 2017. Creía que era Zeus y que todos los demás, políticos, fuerzas de seguridad, jueces y pueblo, deliraban. Tres años después, y tras la dolorosa erosión a la economía y a la imagen de Cataluña, y, por ende, a la de España, ha tenido un primer baño de realidad de que su camino no es el de una deidad sino el de alguien tan mortal como su rival Oriol Junqueras. Que puede acabar en un banquillo escoltado por policías nacionales, aunque él los vea como mossos con traje de gala. Y en una celda, aunque se piense que está de visita en la antigua Modelo. Porque la Justicia, como sabemos todos, será lenta por falta de medios o porque es garantista, pero existe. El expresidente catalán huido, que ya no es el líder que era para buena parte del independentismo, empieza a oír voces como la del Parlamento Europeo, que ayer le dijo que ya no era inmune y que puede ser juzgado en España. Otra cosa es lo que decida la especial Justicia belga o que incluso errores de procedimiento obliguen al Parlamento Europeo a dar marcha atrás. De ser así, el mítico Puigdemont seguiría vagando cual payés venido a caballero errante. El castigo de creerse un dios, pero sin pueblo.