El párroco asegura que olía a gas en todo el edificio que explotó en Madrid, pero que nadie tocó la caldera

Colpisa MADRID

ESPAÑA

SUSANA VERA | Reuters

«Fuimos seis personas las que percibimos un extraño olor a gas en cuatro puntos distintos: patio, planta cero, planta quinta y planta sexta. Pero no dio tiempo a nada más»

22 ene 2021 . Actualizado a las 19:03 h.

Dos días después del fatal accidente que acabó con la vida de cuatro personas, Gabriel Benedicto, párroco de la iglesia madrileña de la Virgen de La Paloma, a través de un comunicado, aseguró que ni el sacerdote Rubén Pérez —a cuyo funeral virtual asistieron 14.000 personas— ni David Santos manipularon la caldera del edificio de la calle Toledo.

«Como párroco, y a la luz de las informaciones, testimonios internos y datos de los que hasta el momento disponemos, lo que os puedo decir es que todo lo ocurrido se produjo en un lapso tan breve que no nos dio tiempo ni siquiera a ser conscientes de lo que estaba pasando. Fuimos seis personas las que percibimos, en apenas unos minutos, un extraño olor a gas en cuatro puntos distintos: patio, planta cero, planta quinta y planta sexta. Pero no dio tiempo a nada más que a advertir ese olor», dijo.

Por eso, el párroco pide «paciencia» y esperar a que avancen las investigaciones pertinentes. David y Rubén «solamente, como cualquier persona preocupada por el olor a gas, intentaron conocer la causa, seguir el rastro, sin manipular en ningún momento ninguna de las calderas», aclaró Benedicto en el comunicado.

Por su parte, técnicos de Edificación Deficiente del Ayuntamiento de Madrid y policías nacionales y municipales, entre otros profesionales, continuaron este viernes trabajando en el edificio de la calle Toledo 98 de Madrid que quedó destrozado por la explosión y revisando los anexos afectados. De hecho, ya hay vecinos que, una vez recibido el visto bueno, han podido regresar a sus casas.

Las dos grandes grúas de más de 30 metros de pluma que desde el jueves están instaladas ya están trabajando, retirando escombros, especialmente de las plantas superiores, para evitar más desprendimientos de escombros. Las labores de desmontaje del edificio parroquial durarán aún un par de semanas.