Cargos del PP apuntan a un retroceso de la influencia de Aznar en el partido

Nuria Vega MADRID / COLPISA

ESPAÑA

Ricardo Rubio | Europa Press

Álvarez de Toledo continúa sin resolver qué hará con su acta de diputada

20 ago 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

La salida de Cayetana Álvarez de Toledo de la portavocía del PP en el Congreso ha despertado lecturas en clave interna. Dados sus vínculos con Aznar y la fundación FAES, en las filas populares se preguntan si su destitución supone un retroceso en términos de influencia de esa corriente que había vuelto al partido de la mano de Casado. Las fuentes consultadas no se atreven a vaticinar qué peso ejercerá el aznarismo en esta nueva etapa, pero sí creen que supone una pérdida de poder para el círculo del expresidente del Gobierno que ya se remonta a meses atrás.

Tras una historia de desavenencias en público con Rajoy y renunciar a la presidencia honorífica del partido, la victoria de Casado en las primarias del 2018 proporcionaron a Aznar la oportunidad de recomponer relaciones con Génova colocando a algunos de los miembros del patronato de FAES con responsabilidades en el nuevo PP. En diciembre del 2018, Javier Fernández-Lasquetty fue designado jefe de gabinete de Casado. En la misma estructura se integró Isabel Benjumea, que también había pasado por el laboratorio de ideas antes de fundar el grupo de pensamiento Floridablanca. El año pasado, sin embargo, comenzó el retroceso de la influencia del aznarismo en la planta noble de Génova. Ambos abandonaron el cuartel general del PP para encargarse, el primero, de la Consejería de Hacienda en la Comunidad de Madrid y para ocupar, la segunda, un sillón de eurodiputada en Bruselas.

También el grupo en el Congreso ha experimentado cambios. El diputado Gabriel Elorriaga fue relevado al frente de la asesoría parlamentaria del PP por razones «estatutarias». El movimiento, leído como un gesto de hostilidad en el entorno de Álvarez de Toledo, desencadenó el último desencuentro entre la dirección nacional y la portavoz. 

Distintas causas

Afines a Casado relativizan la foto fija e interpretan que las razones que han motivado la dispersión de cargos procedentes del aznarismo son diversas. «No creo que su destitución se deba a una cuestión ideológica», zanja un veterano sobre el relevo de Álvarez de Toledo.

Es por eso que cargos del ala más moderada del PP avanzan con cautela. Los barones territoriales han acogido con satisfacción el nombramiento de Cuca Gamarra como portavoz en el Congreso y la llegada de Ana Pastor y José Luis Martínez-Almeida, perfiles todos de corte gestor, al comité de dirección.

La remodelación que este jueves comunicará Casado a la Junta Directiva Nacional puede ayudar, aseguran algunas fuentes del partido, a proyectar una imagen más moderada y de alternativa al Gobierno. Pero en las organizaciones territoriales también hay quien pone en cuarentena un supuesto giro al centro. «No es la primera vez que lo oímos», apunta una fuente del partido advirtiendo que solo el tiempo desvelará cómo evolucionan «las ideas» y el papel del aznarismo dentro del PP.

Por otra parte, lo que también continúa sin conocerse es la decisión de Álvarez de Toledo sobre su acta de diputada. Algunos dirigentes temen que se plantee continuar y que busque afines en las filas del grupo. Otros entienden que solo se está tomando un tiempo para resolver la incógnita.

Feijoo señala que es Casado quien decide los portavoces del partido

El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, señaló ayer que la competencia para decidir quién es el portavoz del partido en el Congreso es del presidente del Grupo Popular y de la formación, Pablo Casado, por lo que ha situado «dentro de lo normal» el relevo de Cayetana Álvarez de Toledo por Cuca Gamarra. «Consideró que sería oportuno en este momento hacer un cambio, y eso es lo que ha ocurrido; nada más», subrayó. Feijoo, uno de los dirigentes que mantuvo algunas diferencias públicas con Álvarez de Toledo, no se pronunció sobre si este cambio contribuye a reforzar el perfil moderado del PP.