Felipe VI advierte de que no es admisible invocar la democracia sin respetar la ley

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

El presidente de Portugal y premio Fernández Latorre, Marcelo Rebelo de Sousa, el expresidente del Gobierno Felipe González, y los reyes, ayer en el Congreso Mundial de Derecho en Madrid.
El presidente de Portugal y premio Fernández Latorre, Marcelo Rebelo de Sousa, el expresidente del Gobierno Felipe González, y los reyes, ayer en el Congreso Mundial de Derecho en Madrid. Javier Lizón | EFE

Refuta la tesis de los acusados del desafío independentista sin citarlos explícitamente

21 feb 2019 . Actualizado a las 09:37 h.

«No es admisible apelar a una supuesta democracia por encima del derecho». Coincidiendo con el juicio a los líderes independentistas acusados de un delito de rebelión, el rey Felipe VI pronunció ayer un discurso centrado en la defensa de la Constitución española, pero cargado de referencias más o menos explícitas al desafío secesionista lanzado desde la Generalitat de Cataluña y a los argumentos utilizados por los acusados para tratar de justificar la celebración el 1 de octubre del 2017 de un ilegal referendo de independencia, que había sido expresamente prohibido por el Tribunal Constitucional, y la proclamación de una inexistente república catalana. «La democracia está por encima de todo», había asegurado durante su interrogatorio el exvicepresidente catalán Oriol Junqueras. «Sin democracia, el derecho no sería legítimo; pero sin derecho, la democracia no sería ni real ni efectiva», replicó el monarca, sin referirse expresamente al juicio por el desafío independentista.

Tras recibir el Premio Mundial de la Paz y la Libertad concedido por la Asociación Mundial de Juristas durante la sesión de clausura del Congreso Mundial de Derecho, que reunió en Madrid a más de dos mil juristas de más de 60 países, el monarca aseguró que «sin el respeto a las leyes no existe ni convivencia ni democracia, sino inseguridad, arbitrariedad y, en definitiva, quiebra de los principios morales y cívicos de la sociedad». Durante una intervención de hondo calado, el jefe del Estado advirtió también de que el fortalecimiento de la democracia requiere «garantizar la dignidad de la persona» por encima de «fronteras, culturas, religiones o sentimientos nacionales». 

Fortaleza en «tiempos difíciles»

El respeto al Estado de derecho en democracia, a juicio de Felipe VI, no solo es «garantía de los derechos y las libertades, sino pilar esencial del regular funcionamiento de las instituciones y fundamento de la convivencia y del progreso en paz y en libertad de sus ciudadanos». «Democracia y Estado de derecho son, por ello, realidades inseparables, pues crean el único espacio en el que puede vivir la libertad y el único marco en que puede desarrollarse la igualdad», sostuvo.

En su defensa del actual marco legal, hizo un repaso de la reciente historia de España que, según explicó, ha pasado «tiempos difíciles», pero recordó que «a partir de la transición política y de la Constitución del 78, la sociedad española ha sellado un gran pacto de concordia que nos ha permitido vivir los mejores momentos de libertad y bienestar». Y todo ello ha sido posible «en una España política, social y territorialmente plural, pero unida en lo esencial: en los valores reconocidos en ese gran pacto de convivencia y concordia nacional que representa nuestra Constitución». Admitió que la España constitucional tuvo que «hacer frente a dificultades serias y graves», pero demostró «su fortaleza democrática, firmes principios y convicciones sólidas».