El PSOE quiere sacrificar a Díaz para atraer a C's

Francisco Balado Fontenla
fran balado MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

Julio Muñoz | EFE

Moreno y Marín pugnan por presidir la Junta de Andalucía, el del PP con el apoyo de Ciudadanos y de Vox, y el segundo al frente de un bloque constitucionalista con populares y socialistas

04 dic 2018 . Actualizado a las 07:54 h.

Génova ya presenta a su candidato en Andalucía, Juanma Moreno Bonilla, como el «futuro presidente de la Junta», presumía ayer Casado. El escenario que han deparado las elecciones deja al PP en una situación ventajosa para formar Gobierno: la suma de las tres formaciones de derechas sobrepasa el listón de la mayoría absoluta y, como fuerza más votada de la terna, los populares se sienten legitimados para reclamar la investidura. Pero el viaje de Moreno Bonilla hasta San Telmo no será un camino de rosas, porque ni PSOE ni Ciudadanos piensan quedarse de brazos cruzados, y ayer mismo ya iniciaron sus respectivos movimientos para intentar conquistar la presidencia, aunque sea a la desesperada.

PSOE

El sacrificio de la dama. Hablar de jugadas a la desesperada en el ajedrez es hablar de sacrificar a la reina. Eso es precisamente lo que pretende el PSOE, forzar la dimisión de Susana Díaz. El plan de Ferraz pasa por entregar a su dama, abiertamente enemistada con la dirección nacional, con la intención de atraer a Ciudadanos a su causa, ya que durante la campaña la formación naranja repitió hasta la saciedad que no volverían a facilitar la presidencia de la sevillana. El problema es que, aun con el apoyo de C’s, el PSOE necesitaría al menos la abstención de Adelante Andalucía, algo que a priori tampoco se antoja sencillo, porque es de sobra conocido que Podemos y Ciudadanos son poco menos que agua y aceite, una mezcla imposible de la que ambos presumen. No obstante, la amenaza de que Vox pueda influir en la política autonómica podría invitar a naranjas y a morados a tragarse sus palabras y revisar su relación.

En el ajedrez, el sacrificio de la dama solo tiene sentido en dos circunstancias: si inmediatamente después se va a ganar la partida, que en este caso equivaldría a lograr formar Gobierno, o bien si es necesario para salvar al rey, Pedro Sánchez. La dirección del PSOE inició ayer una campaña de desprestigio contra Susana Díaz con la intención de desvincular por completo los malos resultados electorales de la figura del presidente del Gobierno.

«Todos tenemos muy asumido que nuestro papel está subordinado al éxito de nuestro proyecto político, y con generosidad todos estamos a disposición de la organización», expuso el secretario de Organización del PSOE y ministro de Fomento, José Luis Ábalos, mostrando a Díaz la puerta de salida. Una fuente del partido reforzaba ayer esta tesis de Ferraz: «Hizo la campaña ocultando el logo del PSOE y sustituyendo el rojo por el verde, no quiso que Sánchez participase en los mítines... Debería haber dimitido ayer». De momento no parece muy por la labor. Díaz explicó ayer que se hubiese marchado en caso de derrota, pero, como ha sido la más votada, por su cabeza solo pasa formar gobierno.

Ciudadanos

Un frente constitucionalista. Juan Marín sorprendió al anunciar que intentaría la investidura como presidente tan pronto como remató el recuento de votos. A pesar de contar con cinco escaños menos que el PP y doce menos que el PSOE, C’s se siente capacitado para liderar un bloque constitucionalista en Andalucía, por lo que pide la colaboración a ambas fuerzas. En principio, ni una ni otra les darán su apoyo y consideran la candidatura de Marín como fuegos de artificio. «Primero, que se presenten en Cataluña», recordaba un dirigente del PP en la misma noche electoral.

PP

Génova ya ve presidente a Moreno Bonilla. Sin duda alguna, es la candidatura que cuenta con más posibilidades. El PP confía en liderar un Gobierno de coalición junto a Ciudadanos que cuaje gracias al apoyo de Vox en la investidura. Presidente Bonilla, vicepresidente Marín, y reparto de carteras. En Génova están convencidos de que no existe otro escenario, y que cualquier otra fórmula «sería muy difícil de explicar por parte de aquellos que llevan toda la campaña diciendo que hacía falta cambio», comentó Casado. Los populares argumentan que «Andalucía ha votado cambio», y que impedir la posibilidad de poner fin a 36 años de socialismo y obligar a una repetición electoral sería para Rivera «pegarse un tiro en el pie».

Vox

Barra libre al cambio. Santiago Abascal garantizó ayer que su partido nunca será «un obstáculo» para acabar con «el régimen de corrupción y clientelismo del PSOE».