«La composición del actual Consejo de Ministros español demuestra de forma evidente que no siempre los partidos de derechas tienen a las tías que están más buenas», defendía literalmente Puigdemont en clara referencia a Esperanza Aguirre (Educación y Cultura), Isabel Tocino (Medio Ambiente), Loyola de Palacio (Agricultura, Pesca y Alimentación) y Margarita Mariscal de Gante (Justicia), las cuatro mandatarias que lo integraban y que, según constata, no parecían de su agrado.
Otro de los lugares comunes que rebate Puigdemont es el de que la buena mesa sea un privilegio de las clases altas, un «axioma imbécil» para el político. Por eso, según escribía, le «agradaba especialmente que Comisiones Obreras hubiera escrito un libro de recetas de cocina».